El canto a la igualdad de sexos de Andreu Alfaro se instala en la UV con una escultura

Adam I Eva De Andreu Alfaro
PEP PELECHÀ/UV
Actualizado: miércoles, 20 julio 2011 20:53

VALENCIA, 20 Jul. (EUROPA PRESS) -

La escultura 'Adam i Eva', del artista valenciano Andreu Alfaro está instalada desde este miércoles en el Campus de Tarongers de la Universitat de València (UV). La obra simboliza la igualdad entre hombres y mujeres, y fue encargada al creador por la institución académica en el año 2000.

La familia Alfaro Hofmann ha decidido cederla gratuitamente a la Universitat ya que, según ha destacado Andrés Alfaro Hofmann, hijo del artista, "Andreu Alfaro se entusiasmó desde el principio con este proyecto", han explicado fuentes de la UV en un comunicado.

El rector de la Universitat de València, Esteban Morcillo, se ha mostrado "satisfecho y agradecido" por la cesión de la obra. "Andreu Alfaro es un referente com artista y como persona comprometida con la sociedad en la que vive. La Universitat de València quiere servirse del lenguaje del arte para hacer una declaración de principios. Para adquirir un compromiso, público y perdurable, con la igualdad de la mujer. Un compromiso que no queremos olvidar", ha dicho.

Alfaro declaró a la prensa en el momento del encargo su satisfacción por el hecho de que "la Universitat de València se adelante a todos y elija como símbolo de su campus una imagen que refleje uno de los grandes logros de nuestra época: el creciente protagonismo de la mujer", tal como se ha recordado en el acto de presentación de la escultura, ubicada en la zona ajardinada del Campus, en las intersecciones de las avenidas Ramón Llull y Tarongers.

El rector ha calificado a Andreu Alfaro como "un amigo de la Universitat de València. Los universitarios le hemos considerado uno de nosotros. Por eso, en 1998, la Universitat de València quiso que se sumase a la celebración de su Quinto Centenario y diseñase la medalla conmemorativa. También recurrimos a Alfaro, cuando hace seis años para recordar la figura de Antoni Cavanilles, en el segundo centenario de su muerte, con una escultura suya, que está instalada en el Jardín Botánico".

"Y cuando hace poco se nos pidió colaboración para dar a conocer una faceta interesantísima y desconocida de Alfaro: su trabajo como diseñador y creativo publicitario, no lo dudamos un instante y apoyamos la exposición "L'altre Alfaro", que estuvo abierta en el Centre de Cultura Contemporànea Octubre hasta la semana pasada", ha recordado Esteban Morcillo.

"Como muestra pública de nuestro reconocimiento a su persona y su obra, el pasado mes de abril, el Consejo de Gobierno acordó a propuesta del Vicerrector de Cultura, Igualdad y Planificación, Antonio Ariño --ha dicho Esteban Morcillo-- distinguirle con la medalla de la institución. Ha sido nuestra manera de estrechar esta relación de amistad".

El acto ha contado con la presencia de familiares y amigos de Andreu Alfaro, así como de miembros de la comunidad universitaria. El rector ha estado acompañado por Antonio Ariño, vicerrector de Cultura, y Clra Martínez, vicerrectora de Sostenibilidad e Infraestructuras.

MAESTRO CONTEMPORÁNEO

Andreu Alfaro es uno de los grandes escultores españoles de la segunda mitad del siglo XX. La mención de su nombre es imprescindible cuando se habla de la generación vanguardista de finales de los años 50, junto a los de Tàpies, Chillida, Sempere, Millares o Saura.

En Valencia formó parte del mítico Grupo Parpalló, que significó el primer intento consciente de ser modernos. En su caso, fue el primer escultor en Valencia que retomó el legado de las vanguardias históricas, pues sus primeras investigaciones estaban inspiradas en el constructivismo ruso.

Esa investigación libre y en solitario dio sus frutos en los años 70, cuando volcado ya plenamente en su carrera artística, Alfaro se da a conocer a un público más amplio con unas obras realizadas en materiales industriales (aluminio, acero o metacrilato), que explotan con habilidad las posibilidades visuales de la simetría y la repetición de formas geométricas, dando como resultado sorprendentes efectos ópticos y cinéticos, que vinculan al autor con estos movimientos internacionales. Con esas obras Alfaro logró sus primeros éxitos en la segunda mitad de los 70 y primeros 80.

Sobre todo con sus esculturas monumentales, instaladas en calles, plazas y jardines de varias ciudades españolas y alemanas. Unas obras, las "generatrices", cuyos materiales y formas simbolizaron muy bien las ansias de progreso y modernidad de aquellos años de optimismo.

En la década de los 80, Alfaro dio un giro radical a su obra, retomando problemas tan básicos en escultura como el volumen, o introduciendo otros nuevos como la figuración, a partir de reflexiones personales sobre grandes motivos culturales (el cuerpo humano, el Barroco, la figura de Goethe, la estatuaria clásica o el motivo de las estelas), a la vez que empieza a utilizar materiales más tradicionales como la piedra caliza o el mármol.