Cultura.- Alfred Bosch novela la última ejecución de la Inquisición en una Valencia "mágica" y con "aroma a sacristía"

Europa Press C. Valenciana
Actualizado: martes, 4 diciembre 2007 14:57

VALENCIA 4 Dic. (EUROPA PRESS) -

El escritor Alfred Bosch (Barcelona, 1961) novela en su nueva obra 'Inquisitio' la última ejecución que llevó a cabo la Inquisición Española en pleno siglo XIX --el ajusticiamiento del maestro Cayetano Ripoll acusado de herejía-- en el marco de una Valencia "mágica" y llena de contrastes, en la que su faceta "más alegre y desinhibida se mezclaba con un cierto aroma a sacristía", según explicó hoy el propio autor. El volumen, publicado por Planeta, celebró hoy su presentación nacional en Valencia ya que la capital del Turia es "el personaje más destacado de la novela", explicó Bosch.

La obra rememora el proceso real que el Santo Oficio inició contra el profesor Cayetano Ripoll, un hombre "pobre y profundamente creyente que puso en duda la doctrina de la Iglesia pero nunca la devoción", según le definió el escritor. A partir de la documentación que se conserva sobre este suceso, que el autor ha rastreado en fuentes como el Palacio Arzobispal o las Escuelas Pías, el relato propone al lector una trama paralela de ficción protagonizada por una secta "ultracatólica e integrista", llamada El Ángel Exterminador, que se prepara para el año de la profecía.

Alfred Bosch admitió que su obra puede resultar "incómoda" por el tema que trata y la visión que ofrece sobre una etapa de la historia del Catolicismo aunque apuntó que "estamos hablando de una Iglesia integrista, muy asociada al poder y organizada en sociedades prácticamente secretas".

Agregó que en el caso de Valencia "hay algo especial que estimula estas posiciones más intransigentes en el seno de al Iglesia". "De la misma manera que la ciudad tiene su parte desinhibida y alegre tiene su parte más beata; esto pasaba hace doscientos años y sigue pasando ahora", afirmó el escritor, que describió a Valencia como "una ciudad polarizada".

Para empaparse de las costumbres de la época, Alfred Bosch, que tiene familia en la Comunitat, se dedicó a dar largos paseos por al Valencia antigua, que, a su parecer, "no ha cambiado mucho". "Es fantástico porque en Valencia es sencillo hacer el viaje en la máquina del tiempo que supone toda narrativa histórica", aseveró.

Pero además, 'Inquisitio' recupera la leyenda mágica de Valencia, un lugar "donde se refleja el cielo". En este sentido, Bosch explicó que la disposición de los principales edificios de la urbe medieval, como el 'Micalet' o La Lonja, aparecen sobre el mapa como una reproducción exacta de la constelación más poderosa del firmamento, la Osa Mayor. Esta circunstancia era algo "demasiado tentador como para no crear una historia sobre ello", comentó.

El novelista se rindió también a la historia de Cayetano Ripoll, un hombre que murió por sus "creencias de piedra" --no quiso renunciar a sus principios para salvar la vida-- y que encarnó una "bondad que en exceso resulta desestabilizadora y peligrosa", opinó el autor. Frente a este personaje se sitúa el del confesor, que representa "todas las contradicciones humanas: acaba admirando a Ripoll pero no le ayuda porque es cobarde y ambicioso".

LIBRO "MORAL"

La novela plantea, por tanto, una "trama sentimental sobre la amistad y las paradojas de las relaciones humanas", al tiempo que pretende convertirse en un "libro moral, aunque no en un sermón", recalcó. Asimismo, pone ante el lector la gran diferencia que existía entre "una Europa que marchaba a toda máquina hacia la modernidad y la España más oscura que aún quería matar herejes".

Con 'Inquisitio', el escritor ganó el premio Prudenci Betrana de Novela, una de los mejores dotados en lengua catalana con 42.100 euros. Ahora presenta para toda España y el mercado latinoamericano la versión en castellano, cuya traducción no ha querido hacer él mismo "porque puedes correr el riego de hacer un libro nuevo", explicó.

No obstante, apuntó que las dos versiones son prácticamente idénticas, aunque en la castellana ha habido que "sacrificar" la riqueza lingüística que presentaban algunos pasajes donde personajes de las clases populares hablaban en valenciano.

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