ALICANTE, 14 Ene. (EUROPA PRESS) -
La muestra 'El Pecio Bou Ferrer. Un Yacimiento Extraordinario', fruto de la mayor nave romana en excavación de todo el Mediterráneo, ha incorporado uno de los lingotes de plomo, con la inscripción del emperador romano, que transportaba en el momento de su hundimiento ante la costa de la Vila Joiosa (Alicante).
El lingote se puede visitar, junto al resto de la exposición, en el Club Náutico de la Vila Joiosa hasta el próximo día 26 de enero. La importancia del hallazgo es que los lingotes de plomo llevan unas contramarcas que indican que pertenecían personalmente al emperador de Roma, según ha informado la Concejalía de Patrimonio Histórico en un comunicado este martes.
La leyenda impresa 'IMP(erator) GER(manicus) AVG(ustus)' significa que los lingotes son del 'Emperador Germánico Augusto', de modo que sólo se puede referir a emperadores con triunfos en Germania: Calígula (en el poder entre 37 y 41 d. C.), Claudio (entre 41 y 54 d. C.), Nerón (entre 54 y 68 d. C.) o Domiciano (entre 81 y 96 d. C.), afirman.
Aunque dado que algunas piezas del pecio de Vila Joiosa son posteriores a mediados del siglo I, debe ser uno de los tres últimos, y lo más probable es que los lingotes fueran propiedad personal del emperador Nerón.
LINGOTE DE PLOMO
La leyenda CCV del lingote que se expone desde este martes se refiere a 205 libras romanas, que equivalen a 64 kilos de peso. El plomo (plumbum nigrum) tuvo usos muy variados por ser muy blando y fácil de trabajar y por su elevado peso.
Así era utilizado para ensamblar sillares o partes de columnas, para pesos de red de pesca, tuberías de agua, balas de honda, láminas para escribir frases religiosas o mágicas (como maldiciones) y otros usos que se explican en la muestra. Las minas de Sierra Morena de las que procedía el cargamento de plomo del 'Bou Ferrer' eran un monopolio del Emperador de Roma.
La exposición está organizada de manera conjunta por el vicerrectorado de Cultura, Deportes y Política Lingüística de la Universidad de Alicante; la Dirección General de Cultura de la Conselleria d'Educació, Cultura i Esport de la Generalitat Valenciana; el Ayuntamiento de la Vila Joiosa, a través de Vilamuseu (Red de Museos y Monumentos Municipal de Villajoyosa), y el Club Náutico de la Vila.
Se trata de una exposición itinerante que comenzó su andadura en la sala Sempere de la Universidad de Alicante el pasado mes de noviembre pero está previsto que viaje por diferentes ciudades.
MERCANTE
El barco hundido de la Vila Joiosa es la mayor nave romana en proceso de excavación del Mediterráneo y una de las mayores naves conocidas del Alto Imperio romano, con 27-30 metros de eslora, 8 metros de manga y 4 metros de puntal.
Transportaba entre 160 y 215 toneladas de ánforas llenas de salsas para pescado, además de un cargamento secundario de lingotes de plomo procedentes de las minas de Sierra Morena. Su hallazgo fue comunicado por Antoine Ferrer y José Bou, gerente y contramaestre del Club Náutico, en 1999 al Museo de la Vila Joiosa. La Generalitat Valenciana procedió inmediatamente a su protección para evitar el expolio. Este gran mercante transportaba unas 3.000 ánforas de la familia llamada Dressel 7-11, fabricadas en el área de Cádiz.
El recorrido expositivo se dispone a través de paneles explicativos, vitrinas con una selección de las principales piezas halladas en las excavaciones del pecio, así como algunas piezas de los fondos de Vilamuseu que ayudan a comprender la época en la que se produjo el naufragio. Se acompañan de proyecciones audiovisuales y otros materiales divulgativos del Proyecto Bou Ferrer, un proyecto pionero emblemático de la investigación valenciana.
2000 años después de su naufragio, el mercante romano, ahora bautizado como Bou Ferrer, es el único yacimiento de mediados del siglo I d.C. del que podremos conocer cómo era su arquitectura naval, cómo se construían y que proporciones tenían estos grandes mercantes del periodo, algo inédito en la actualidad.
La exposición, diseñada y realizada por Vilamuseu y el Museo de la Universidad de Alicante, expone la enorme importancia científica del yacimiento. En 2013 se ha puesto en marcha una experiencia pionera en España, con visitas controladas de buceadores deportivos al pecio, con el fin de contribuir a la sensibilización de estos colectivos hacia el patrimonio sumergido y de explorar sus posibilidades dentro del llamado "turismo de experiencias", crucial en las nuevas tendencias turísticas.
