Archivo - El chef Ricard Camarena. - Edu Botella - Europa Press - Archivo
VALÈNCIA, 28 Oct. (EUROPA PRESS) -
El chef valenciano Ricard Camarena insta, un año después de la trágica dana que asoló gran parte de la provincia de Valencia, a mantener el "compromiso para seguir donde hace falta: comprando en los barrios afectados, reservando mesa en ese bar que resistió, eligiendo proveedores locales, cuidando la huerta que nos cuida". "La solidaridad, la unión y la dignidad no tienen fecha de caducidad", asevera.
En una carta abierta dirigida a la "querida Valencia", el cocinero --uno de los más activos en las labores de ayuda tras la barrancada-- recuerda que "hace un año el agua paró el tiempo y nos rompió el corazón. Aquel maldito barro arrancó vidas y truncó sueños".
"Nos inundó una mezcla de incredulidad y rabia que todavía hoy cuesta digerir. Vimos calles convertidas en ríos. Vimos, impotentes, cómo en pocas horas desaparecían casas y negocios levantados con años de esfuerzo. Pero también vimos algo que no olvidaremos: un pueblo entero arremangado. Nunca había visto al pueblo valenciano mirarse de frente con tanta dignidad y solidaridad", rememora.
El cocinero dos estrellas Michelin da las gracias "a los vecinos que abrieron sus puertas y a quienes, a pesar de perderlo todo, siguieron ayudando; a bomberos, soldados, sanitarios, protección civil, policías y a esos miles de voluntarios que llegaron de todas partes y tendieron un puente entre la esperanza y el caos; y a empresas grandes y pequeñas, a autónomos y a todo aquel que llevó comida, escobas, palas y, sobre todo, ánimo cuando más falta hacía".
También a Delisano, al equipo Patata, a los voluntarios y a su equipo, "que se volcó desde el minuto cero para hacer posible cada uno de los miles de platos que tuvimos el privilegio de preparar", así como a sus colegas Begoña Rodrigo y Quique Dacosta "por creer que el movimiento Desde Valencia para Valencia era posible y necesario, por pensar que era nuestra responsabilidad movilizar a nuestro sector y, sobre todo, por hacerlo".
Igualmente, expresa agradecimiento "al equipo de AVE y a su directiva por impulsar nuestra iniciativa y hacerla suya", a todos los coordinadores provinciales que organizaron a los cocineros y a las cenas; a todas las empresas que donaron de forma altruista sus servicios y productos sin esperar nada a cambio; a quienes reservaron mesa, "a los que aportaron lo que pudieron: un euro, una receta, un mensaje de ánimo", "a las personas que se subieron al barco sin preguntar", y a Mamás en Acción por ofrecerse a canalizar de manera transparente los casi seis millones de euros que ayudaron a más de 600 pequeñas empresas a seguir adelante.
NO SE TRATABA DE HEROÍSMO, SINO DE RESPONSABILIDAD"
"Todavía emociona saber que todo eso empezó con la voluntad de ayudar a los demás. No se trataba de heroísmo, sino de responsabilidad. No olvidaré estos gestos en la vida. Hoy esta carta abierta no busca medallas, ni fotos. Busca memoria, compromiso y responsabilidad", exhibe.
Camarena anima a tener "memoria para no olvidar a quienes perdieron la vida y a quienes todavía hoy no han podido recuperar una vida digna; compromiso para seguir donde hace falta: comprando en los barrios afectados, reservando mesa en ese bar que resistió, eligiendo proveedores locales, cuidando la huerta que nos cuida; y responsabilidad para seguir hablando de lo ocurrido desde el respeto y no desde el odio; desde la exigencia y no desde el olvido; desde la unión social y no desde los partidismos".
"A veces me preguntan qué me dejó la DANA. Me dejó claro que la fuerza de un pueblo no está en sus edificios ni en sus gobernantes, sino en sus vínculos y en su gente. Me enseñó que cocinar también es reconstruir y que un plato puede ser un abrazo cuando todo se ha roto. Que trabajar al servicio de los demás no es una obligación, sino un privilegio. Seguimos. No porque quede bonito decirlo, sino porque aún queda camino por recorrer. Porque esto va de personas, y no de titulares. Gracias, Valencia, por recordarnos quiénes somos cuando más nos necesitamos", concluye.