VALENCIA 8 Feb. (EUROPA PRESS) -
Un 'médico del espíritu' cubano --tal y como él se ha descrito-- acusado de abusar y de agredir sexualmente a tres de sus clientas ha negado los hechos que se le imputan y ha alegado que las relaciones fueron "consentidas". También ha dicho que estas acusaciones contra él podrían deberse a una deuda que contrajo con un examigo suyo.
El hombre, de 32 años, ha declarado este martes ante la sección cuarta de la Audiencia Provincial de Valencia que es un 'babalao' sacerdote del Oráculo de Ifa, cargo importante en la religión santera, y que se dedica a atender a los clientes que pasan por dificultades. Generalmente, ha indicado que éstos "no acuden con fé", sino "con la intención de poder robar, o atracar, o pedir ayuda".
Ha explicado que el ritual de sus consultas consiste en escuchar las preguntas de los clientes para luego él adivinar las respuestas. También ha indicado que en ocasiones se pone en contacto con los santos --a través de una tabla-- para pedirle consejo directamente y poder así asesorar mejor. En cualquier caso, ha dejado claro que hace "consultas espirituales" y "no hago limpiezas a nadie", ha puntualizado.
Ha aseverado que "no ha ocurrido nada" de lo que se le acusa, y ha dicho que dos de las tres denunciantes ya se conocían y "son las dos unas delincuentes y traficantes". También ha afirmado que le podrían haber acusado de estos hechos por una deuda de un coche que mantiene con un examigo y también conocido de las denunciantes.
Así, el hombre, con un antecedente penal en España por violencia doméstica, ha negado los hechos denunciados por la primera mujer, quien aseguró que en diciembre de 2007, además de hacerle ritos de naturaleza espiritual, la metió en la bañera desnuda y le dijo que tenía que penetrarla. Ella se negó aunque finalmente cedió cuando el hombre le dijo que si no mantenían relaciones sexuales todo le iba a ir mal, según el relato del ministerio fiscal.
Frente a ello, el hombre ha señalado que esta mujer le pidió ayuda porque su marido "le daba muchas palizas" y lo que pretendía era que éste se enamorase más de ella para que no le pegara más. También ha dicho que "nunca" le hizo un ritual en su casa; que no la metió en la bañera; ni la tiró sobre la cama ni la penetró. De hecho, ha señalado que era ella la que se insinuaba a todos sus amigos y que él le tuvo que decir que tuviera cuidado, porque su marido "era un sicario".
HUEVOS DE GALLINA
Posteriormente, ya en diciembre de 2009, en un domicilio de la localidad valenciana de Benetússer, el hombre le dijo a otra clienta, con el pretexto de que era necesario realizar un ritual de baño con frotamiento con huevos de gallina, que abriese las piernas, a lo que ella se opuso, y le pasó los huevos por la vagina, sin llegar a introducírselos, según el mismo relato.
En enero de 2010, en la misma vivienda, el hombre se abalanzó sobre esta última clienta mientras ella chillaba diciéndole que parara. Le tocó por todas partes e introdujo la mano por dentro de su ropa, mientras ella se oponía dando manotazos y patadas.
Sobre estos hechos, el acusado ha indicado que conoció a la mujer por parte de un examigo y que acudió a él porque "tenía que irse presa porque le habían pillado con 20 kilogramos de cocaína. Yo le decía que no le podía quitar eso de encima", ha relatado. Así, le dijo que se tenía que hacer una limpieza espiritual con unos huevos, pero "no le dije que se metiera en la bañera ni me introduje con ella", ha matizado.
En el mismo mes de enero, en el domicilio de otra clienta, ubicado en la localidad valenciana de Picassent, el hombre le dijo que quería acostarse con ella, la tocó e incluso se puso encima con esta intención. Finalmente, aprovechó que la mujer se encontraba mareada por haber consumido alcohol y consiguió mantener relaciones sexuales con ella.
Respecto a esta mujer, el hombre ha relatado que le llamó porque "se quería suicidar" y que después de que él le explicase la "teoría del prisma, de cómo ver las cosas", "se encantó" con él. "Creía muchísimo en lo que yo decía y al quedarnos solos, en la misma cama, dos personas guapas y jóvenes, tuvimos una relación sexual", ha dicho.
Por estos hechos, el hombre se enfrenta a una pena de 22 años de prisión por un delito de violación; dos de agresión sexual y uno más de abuso sexual con penetración; y una prohibición de aproximarse a las víctimas a menos de 300 metros.