VALÈNCIA 14 Abr. (EUROPA PRESS) -
La sala Rambleta de València prepara una experiencia performática con la que "elevará" al público la noche del Jueves Santo, 17 de abril, a las 20.30 horas, cuando volverá a abrir su ciclo Telón Bizarro con 'Jesucristo Superstar' (1973).
El espectáculo arrancará antes de que se apaguen la luces y seguirá cuando haya finalizado la película, momento en el que las "incomodadoras" guiarán a los espectadores "al más allá" y Vedra Ponte y sus discípulos (Rocky Horror Band) deleitarán con canciones de la banda sonora en castellano, de la "espléndida versión" de Camilo Sesto. En las sesiones de Telón Bizarro se puede traer la "última" cena al teatro, detalla el espacio cultural.
Este homenaje a 'Jesucristo Superstar' contará con el crítico de cine Daniel Gascó para que cuente anécdotas "muy curiosas" de la película. Gascó ha preparado también la proyección de "una perla", 'The heart of the World' (2000) del cineasta canadiense Guy Maddin, antes de ver el mítico film.
Primero como doble álbum de vinilo, luego como película, 'Jesucristo Superstar' pasó a la historia de la música y el cine por ser una relectura escandalosa del Evangelio. Cuando Tim Rice y Andrew Lloyd Webber la compusieron, sabían que "solo con la música lograrían expresar aquello que la palabra no se atreve".
"Porque sí, puede que el Nuevo Testamento sea intocable y entonces admitamos sin discusión que Judas fuese un traidor, que Maria Magdalena nunca miró con deseo al Mesías o que Pilatos, aparte de mojarse las manos, nunca tuvo ningún sentido del ritmo", ironizan desde Rambleta.
Pero todos ellos, cuestionando las Sagradas Escrituras, "enamoraron a la cámara", mientras un coro espléndido cantaba: 'Jesucristo, Jesucristo, ¿quién eres tú? ¿Qué has sacrificado?'. María Magdalena (Yvonne Elliman) despeja cualquier duda: "He's a man, he's just a man" ("Es un hombre, sólo un hombre"). "Y he conocido muchos", añade en el film.
"LA ENCARNACIÓN MÁS TERRENAL"
"Efectivamente, aunque brille como una súper estrella, la figura de Cristo resulta la encarnación más terrenal. De ahí la ausencia de la Virgen María en esta versión, es preciso que olvidemos su concepción divina --apuntan--. Tampoco levita o camina sobre las aguas ni convierte el agua en vino. Ni siquiera resucita. Y lo más polémico y relevante es Judas y no el Mesías, el verdadero protagonista de esta versión".
La "obsesión" de Tim Rice era narrar que, como Judas, "todos acabaríamos entregando a ese amigo lunático que afirma ser la encarnación de Dios y se sitúa por encima de cualquier autoridad, ignorantes como él de que ello pudiera suponer su pena de muerte".
En términos coreográficos y musicales, queda también "clara" la "mayor importancia" del actor Carl Anderson, quien, en la piel de Judas, canta y se mueve "con más gracia" que Ted Neeley encarnando a Cristo.
Plagada de anacronismos, de vestuario hippie, drogas, metralletas, tanques o aviones, esta versión cinematográfica "sigue impactando pues, por poner solo un ejemplo, logró que Israel pasara de ser el marco original de esta historia inmortal a una localización accesible, contemporánea y, por eso mismo, sorprendente".