El trabajador boliviano que perdió el brazo en Real de Gandia pide al salir del hospital que se haga justicia

Europa Press C. Valenciana
Actualizado: lunes, 15 junio 2009 16:08

VALENCIA 15 Jun. (EUROPA PRESS) -

Frans Rilles Melgar, el trabajador boliviano que perdió un brazo en una panificadora de Real de Gandia (Valencia) y que fue abandonado por su jefe antes de llegar al hospital, según ha denunciado, pidió hoy que se haga "justicia" tras recibir el alta en el Hospital Virgen del Consuelo de Valencia en el que estaba ingresado. La hermana del afectado, Silvia, afirmó que "en ningún momento" los jefes de Frans "se han acercado a nosotros ni nos han dicho nada" tras lo sucedido.

El inmigrante, de 33 años, recibió hoy la visita del médico, que le realizó una cura y le dio el alta. El trabajador abandonó el hospital pasadas las 12.00 horas, acompañado de su familia y del cónsul de su país. Melgar, antes de abandonar el centro médico, indicó que se encuentra "un poco mejorcito", si bien tiene que tomar medicación "todos los días" porque siente dolor.

El trabajador indicó que "en parte" está contento, aunque manifestó que "dentro" de su corazón está "muy herido" por la actuación de sus jefes. En este sentido, comentó que no tiene "nada que hablar" con ellos, y pidió que "se haga justicia". "No sólo por mí", agregó.

Frans Rilles Melgar, que espera la llegada de su madre a España "en las próximas semanas", señaló que ahora "no le queda otra" que "tirar para adelante". Con el permiso de residencia que le concedió el Gobierno el pasado viernes, aún no sabe si se quedará en España, si bien comentó que le han ofrecido trabajo desde asociaciones de incapacitados y "gente de buen corazón".

Por su parte, la hermana de Frans, Silvia Melgar, indicó que está "contenta" por una parte porque su hermano "está un poco recuperado", si bien cree que no lo está "del todo". No obstante, manifestó que "los médicos saben lo que hay y ha recibido el alta".

Silvia está "contenta", asimismo, porque el Gobierno "ha dado la residencia" a Frans "para que él esté legal en España", y solicitó al Ejecutivo que "dé los papeles" también a los familiares, "porque nosotros somos los que lo vamos a cuidar en estos momentos en que él lo necesita".

SIN NOTICIAS DE LOS JEFES

Por último, indicó que la familia quiere que "se haga justicia" y criticó la actitud de los jefes de su hermano. "Hemos esperado más de una semana para que ellos recapaciten y digan qué es lo que podían hacer por nosotros o llegar a una solución, pero en ningún momento se han acercado a nosotros ni nos han dicho nada", señaló.

Silvia señaló, asimismo, que esperan la llegada de su madre desde Bolivia para dentro de unos días, si bien no sabe la llegada exacta debido a los trámites que tienen que realizar. No obstante, comentó que está "muy contenta" porque va a poder verla "después de dos años y medio" sin hacerlo.

Frans perdió el brazo el pasado 28 de mayo en una panificadora de la localidad valenciana de Real de Gandia, en la que trabajaba sin contrato desde hace algo más de año y medio. En el momento del accidente, el trabajador se encontraba amasando 40 kilos de harina y, cuando se le cayó una bolsa, se le quedó enganchado el brazo izquierdo en la máquina.

Tras el incidente, el jefe del joven lo subió a su vehículo para llevarlo al hospital San Francisco de Borja de Gandia, aunque unos 50 metros antes de llegar, le obligó a bajar y lo abandonó en plena calle, según denunció la pasada semana la hermana del herido, Silvia.

Un viandante fue el que ayudó al joven a llegar al servicio de Urgencias del hospital de Gandia, y una vez allí los médicos se pusieron en contacto con el cirujano Pedro Cavadas y su equipo para ver si le podían reimplantar el brazo, que había sido tirado por los empresarios a un contenedor, según la denuncia.

El trabajador fue trasladado hasta el Hospital Virgen del Consuelo de Valencia, para tratar de llevar a cabo el reimplante, aunque no se pudo realizar dado que el brazo amputado se encontraba en muy mal estado.

La Guardia Civil detuvo la semana pasada a los dos jefes del joven, hermanos propietarios del horno, --que se encuentra cerrado-- por un delito contra los derechos de los trabajadores, ya que, supuestamente, tenían trabajando a su cargo a personas sin ningún tipo de contrato. Ambos declararán en calidad de imputados ante el juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 6 de Gandia, que ha abierto diligencias previas para investigar las circunstancias del suceso.

Contenido patrocinado