Batman & Robin (1997)
WARNER BROS. PICTURES
Actualizado: miércoles, 14 junio 2017 10:28

MADRID, 14 Jun. (EDIZIONES) -

La de Joel Schumacher es, por consenso general, la peor versión de Batman de la historia. Nadie, o casi nadie, recuerda con cariño a aquel Hombre Murciélago con exceso de 'batpezones' y total ausencia de carisma. Pues bien, veinte años después, el propio Schumacher ha perdido perdón, de nuevo, por perpetrar la película Batman & Robin en 1997.

"Después de Batman & Robin yo era escoria, era como si hubiera asesinado a un bebé", confesó apesadumbrado Schumacher en declaraciones a la edición estadounidense de VICE. "Quiero disculparme con todos los fans que estaban decepcionados porque creo que les debo eso", afirmó el cineasta que hace tres años ya asumió la responsabilidad de este historico fiasco cinematográfico y exoneró a su protagonista, George Clooney.

El consenso va más allá del público. No en vano, el resto de agentes implicados también criticaron dicha cinta. "Fue una película lejos de ser buena", reconoció el propio Clooney en una entrevista con Total Film. Por su parte, Chris O'Donnell, el fiel Robin de aquella entrega, explicó que "en Batman Forever (1995) me sentí como si estuviera haciendo una película; la segunda vez sentí que estaba haciendo un juguete para niños".

Según confiesa en la entrevista, Joel Schumacher fue víctima de su propio ego. Y es que en un principio no entraba en sus planes realizar una secuela de Batman Forever, cuya acogida había sido más que aceptable. Sin embargo, "todos en Warner esperaban que yo hiciera una secuela", confiesa el director.

SÍNDROME DE HUBRIS

Schumacher, respaldado por el éxito de sus anteriores proyectos -Tiempo de matar se estrenó justo un año antes, en 1994-, reconoce que "tal vez fue un caso de Hubris (conocida como la 'enfermedad del poder') por mi parte". Desde luego, asegura, "nunca" pensó en perpetrar "esa horrible cinta" que fue Batman & Robin.

El cineasta asume su absoluta culpa -"nadie fue responsable de mis errores, excepto yo"- y por quien más lo siente es por el equipo que lo acompañó en aquel proyecto: "Los de efectos especiales y todo el mundo que se rompió el culo junto con el elenco. Todos trabajaron muy duro durante muchas horas. Así que siento que su trabajo no fue reconocido como podría haberlo sido".

Aun con todo, Schumacher se lo toma con filosofía. "Bueno, seguí haciendo otras películas y no tuve un colapso nervioso", comentó para rematar la entrevista. "Woody Allen, uno de mis mentores, me dijo que nunca leyese nada sobre mí mismo, porque para creer lo bueno, tendría que creer lo malo. Fue un gran consejo, porque cuando hice St. Elmo, punto de encuentro en 1985 no recibí una sola buena crítica en todo Estados Unidos. Más tarde, la gente terminó viendo la película y sentí que no necesitaba la aprobación de la crítica. Eso fue liberador. Pero mira, todavía me disculpo".

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