MADRID, 30 Sep. (EUROPA PRESS) -
La bailaora María Pagés y su compañía estrenarán el próximo 2 de octubre en el Teatro de la Zarzuela de Madrid su última producción, 'Sevilla', un canto a su ciudad natal, a su infancia y a su trayectoria artística impregnada de aromas diversos que van desde Gardel a Domenico Modugno o Velázquez. La artista, que aseguró que lo suyo es el teatro, confesó también que "no podría decir que no a Pedro Almodóvar" si la llamara porque su natural "curioso" le lleva a interesarse por todo.
En una entrevista con Europa Press, María Pagés, que vuelve a la capital después de dos años de ausencia, desde que estrenase en el Teatro Español sus 'Canciones para después de una guerra', reconoció que la capital andaluza ha estado siempre en su mente como creadora. "Vi que ahora era el momento y que tenía la necesidad de llevarlo a cabo", declaró.
María Pagés aseguró que lo vivido en Sevilla, "una ciudad cada día más hermosa", le ha "marcado" toda su vida artística y como persona. "Cuando llegué a Madrid con 15 años me veía mayor y mis maestros me empezaron a llamar Sevilla. Con la edad conoces mundo y otras gentes y te vas alejando pero ves que el equilibrio de tu persona llega cuando esas referencias no las pierdes y vuelves a ellas", matizó.
Este 'Sevilla' es, en cualquier caso, "un punto y seguido" en su carrera, como casi todo lo que hace. "Soy de las de paso a paso y por eso mismo creo que bailaré hasta los 80 años", afirmó.
UNA "CURIOSA"
Su evolución personal responde, en buena medida a su carácter. "Soy una persona muy curiosa por naturaleza y eso a veces me agota; pero eso, aparte de mi amor por el baile, me lleva a la investigación, a tener ese sentido de libertad. Me gusta bailar porque me siento libre, es el único momento en que yo entiendo lo que significa la palabra libertad. Y eso es lo que me mueve a hacer las cosas y lo que ha marcado mi trayectoria exigiéndome hacer mi propia compañía, por ejemplo", explicó.
Pagés valoró también el hecho de "saber elegir" y "rodearte de personas que aportan su saber, energía y dedicación y hacen posible que tú hagas lo que imaginas".
Ese "sentido de apertura" es lo que ella ha querido aportar desde su trabajo a la danza y al flamenco. Y se manifiesta en que ella misma siente que se encuentra en el mejor momento: "Tengo una compañía excelente y como intérprete me siento también muy a gusto. Estoy en plenitud de facultades", admitió, reconociendo que es "muy realista y cauta" ante el futuro y que si las cosas no salen bien tiene "recursos para salir por otro lado". "Me conformo con lo que tengo y me siento privilegiada, algo que aprecio cada día", añadió.
UN BARULLO CON EL FLAMENCO
Respecto al momento que vive el flamenco, la artista admitió que hace unos años hubo cierto "barullo positivo que resultaba de una apertura y de la confirmación de que es un arte vivo y de nuestros días". "Yo nunca he hecho fusión. He bailado flamenco y no había influencias de otras danzas. He creído siempre que el flamenco ha sido un lenguaje autónomo con una identidad y riqueza que le permite dialogar y compartir con otras artes. El barullo se está superando y probablemente era necesario y como resultado lo que vale se quedará y lo que no se destilará", dijo.
A este respecto, María Pagés afirmó que el flamenco "debe tener una consideración mayor y mejor, con más dedicación en España. Es el arte con el que se nos identifica y que nos representa en el mundo, sin duda alguna. Lo tenemos tan asumido que pensamos que no necesita cuidado", señaló.
La bailaora dijo también que le "consta" que los responsables del Ministerio de Cultura van a poner un cuidado especial hacia la danza. "España es un territorio donde se baila mucho y como es algo que se da por hecho también se da por hecho que tengamos primeros bailarines en el extranjero. Sé que los coreógrafos extranjeros piensan que un bailarín español puede aportarles algo más. ¿Cómo no hemos aprendido eso aquí?. Algo no hacemos bien. La danza tiene que estar entre las prioridades de la cultura en España. No puede estar relegada a un papel que no le corresponde por su naturaleza", manifestó.
Para conseguirlo una de las primeras cosas es, en su opinión, empezar desde abajo, por la educación de los más pequeños. "El flamenco no debe relegarse a algo manipulable y que forma parte sólo del entretenimiento. Y esto requiere un apoyo y acercamiento de las personalidades que tienen influencia", aseveró.
Respecto a los proyectos más inmediatos que tiene la artista, destacó un encargo especial del bailarín y coreógrafo Mikhail Baryshnikov, quien la ha invitado el próximo 7 de noviembre a su centro de arte en Nueva York donde ofrecerá cinco representaciones con una nueva coreografía, 'Autorretrato', "un resumen de mi vida como intérprete solista", señaló Pagés. Esta cita de excepción se completará además con una colaboración allí mismo como coreógrafa residente.
