MADRID, 15 Jun. (EUROPA PRESS) -
El Pequeño Teatro Gran Vía de Madrid acoge la obra 'Mi sobrino el concejal', en la que se sube a escena la corrupción y la vida política a través del humor ácido y la ironía.
Los actores Berta Ojea, Víctor Sevilla, Fede Rey y Chema del Barco protagonizan esta comedia, escrita por Concha Rodríguez.
La obra arranca cuando una familia corrupta invita a cenar a su sobrino, quien recientemente ha sido nombrado concejal de Asuntos Propios del Ayuntamiento. Cada miembro de la familia querrá llevarse toda la atención del invitado para sus propios favores, una situación incómoda en la que se verá envuelto sin poder evitarlo.
De esta forma, su autora trata de mostrar el carácter egoísta de la naturaleza humana, aunque de una manera nada hiriente, divertida y siempre irónica a través de una mirada directa hacia la actualidad.
Según ha explicado Rodríguez este viernes durante la presentación, "todos somos un poco corruptos". Por ello, cree que si te sientas y notas que "te escupe un poco la realidad", esto será "suficiente", porque esta obra habrá conseguido mentalizar al espectador de que "él no ha de ser corrupto".
Por ello, lejos simplemente de criticar a la clase política, pretende conseguir que el público se mire a sí mismo y se vea "patético, ansiado de la suerte del otro, su felicidad y su poder".
Esta función tampoco pretende criticar ningún color político, sino las actitudes que se generan en el poder. Recuerda Rey que durante los ensayos fueron recordando, poco a poco, cada uno de los disparates que se habían cometido en política: los aeropuertos, el Palau de la Música de Barcelona, tráfico de influencias... "Vimos que había malos en todos lados. Todos han hecho grandes obras", bromea.
COMEDIA Y REFLEXIÓN
Para Ojea, "no importa lo que digan de esta obra los políticos, sino los ciudadanos". "Los únicos que tienen el poder no son los políticos ni los financieros. Nosotros tenemos el mayor poder", apunta. Por ello, añade la actriz, esta obra muestra "hasta qué punto consentimos que esto haya llegado hasta aquí".
A su juicio, "todos somos un poco responsables de lo que ocurre" , y precisamente esta función indaga en cómo una sociedad, "a base de entrar en esa operación triunfo, corrompe también a gente que puede corromper a su vez la política".
A pesar de centrarse en un problema grave, 'Mi sobrino el concejal' "reivindica la risa como elemento para ayudar a sobrevivir a noticias que cada día nos aplastan un poco más la columna". Sin embargo, la actriz matiza que "la diversión en teatro no es gratuita", porque la comedia "siempre va acompañada de reflexión".