El Reina Sofía defiende "la fuerza de la inmigración" a través de cien artistas que confluyeron en París en el siglo XX

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Le'enfants aux colombes, de Picasso - MATHIEU RABEAU SUCESIÓN PABLO PICASSO, VEGAP
Actualizado: martes, 20 noviembre 2018 18:11

   MADRID, 20 Nov. (EUROPA PRESS) -

   El Museo Reina Sofía acoge, hasta el 22 de abril, la muestra 'París pese a todo. Artistas extranjeros 1944-1968', un conjunto de más de cien artistas y 200 obras de diversas nacionalidades y estilos que ahondan sobre la escena artística desarrollada en París tras la II Guerra Mundial, ciudad que se convirtió en la capital cultural europea "gracias a la fuerza de la inmigración".

   Así lo ha hecho saber el director del Museo, Manuel Borja-Villel, en rueda de prensa este martes 20 de noviembre en Madrid, a quien ha acompañado el comisario de la exposición, Serge Guilbaut.

   "En un momento en el que la deportación es un estado normal y Europa no sabe que hacer con los inmigrantes, ver como París se convirtió en la capital cultural de Europa a través de la inmigración dota a la muestra de una dimensión actual además de historiográfica", ha expresado.

   De este modo, la iniciativa también recupera una destacada producción cultural a menudo olvidada conformando un cuestionamiento de la historia y de como "nueva York robó la idea del arte moderno" dejando de lado a numerosos artistas que decidieron ir a Francia desarrollar su carrera.

   "París fue un lugar de libertad donde se generaron complicidades que no se daban en otros lugares. Sin embargo, tampoco estaba exento de tensiones", ha matizado Borja-Villel. A lo largo de lo más de veinte años que componen la cronología abordada, París, que trataba de restablecer tras la devastación de la guerra la reputación que gozaba antaño, acogió a un amplísimo número de artistas de América, Europa, África y Asia.

   Entre sus nombres figuran Pablo Picasso, Eduardo Arroyo, Pablo Palazuelo, kandinsky, Eduardo Chillida, Claire Falkenstein, Victor Vsarely, Matta o Mohammed Khadda, entre otros, que "atarídos por su legendario historia bohemia" encontraron en París un aparente ambiente libre de prejuicios y de "comportamientos académicos tradicionales".

   "La exposición tiene forma de relato, empieza con la muerte de Kavinsky, haciendo referencia al pasado, y con Picasso y a partir de ahí también se van viendo las tensiones de los grupos franceses y como se van construyendo una serie de posiciones que acaban cuestionando el consumismo con la llegada del pop art en los sesenta", ha explicado el director.

   Y es que a partir de los sesenta ya trabajan en París una serie de autores singularmente críticos con los excesos del capitalismo y la nueva sociedad de consumo y desilusionados por la falta de respuesta de las corrientes en boga: el expresionismo abstracto y el pop art. Su apuesta por una nueva figura contestataria preparó el camino para el clima de Mayo del 68, una actitud antagónica a la estadounidense.

   De esta forma lo ha explicado Gilbaut, quién ha añadido que "los franceses saben que sin la fuerza de los artistas que vinieron de fuera la fuerza de París no habría continuado". "Las sociedades siempre piensan que pueden organizarse bien, pero luego llegan las tensiones, y los artistas están en medio. De eso va esta exposición", ha matizado.

   Para él, los museos también deben tener la tara de "construir tesis" con el objetivo de darle un sentido a las obras y de reconstruir una historia entorno a ellas. "Es muy importante darle un sentido a la historia, pero sobre todo saber que no es 100% neutral", ha dicho para añadir que los estadounidenses "se apropiaron de la idea del arte moderno" dejando de lado otros formatos y artistas que también forman parte de él.

   En cualquier caso, ha precisado que el interés de los franceses por los artistas "negros y mujeres" fue "algo relativo" en algunos momentos, y que por todo ello ha querido construir un trabajo que muestre que "la historia no es simple" y que a hay que analizar "las situaciones complejas".

   "Creo que el mundo del museo se va a la basura y tenemos que hacer muchos esfuerzos para salvarlos. El tema del turismo está bien, pero el público no está vacío, así que tenemos que hablarles y prestar atención al contenido", ha concluido.

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