El Teatro Real acoge una nueva versión de 'Los cuentos de Hoffmann'

Coro Titular del Teatro Real
JAVIER DEL REAL/TEATRO REAL
Actualizado: martes, 13 mayo 2014 15:17

MADRID, 13 May. (EUROPA PRESS) -

El Teatro Real acoge desde el próximo sábado 17 de mayo hasta el 21 de junio 12 funciones de 'Los cuentos de Hoffmann', de Jacques Offenbach, la última producción encargada por el fallecido exdirector y consejero artístico del coliseo madrileño, Gerard Mortier.

El equipo artístico y el actual director del Teatro Real, Joan Matabosch, han presentado este martes durante una rueda de prensa esta ópera, una nueva versión de Sylvain Cambreling y Christoph Marthaler para la nueva producción del Teatro Real.

'Les contes d'Hoffmann' cuenta las aventuras y desventuras amorosas de E.T.A. Hoffmann (1776-1822) partiendo de algunos de sus cuentos fantásticos. En la ópera, Hoffmann, convertido en verdadero protagonista, recuerda e imagina a las tres mujeres de su vida encarnadas en una, Stella, entre la embriaguez y el delirio, mientras recorre el camino de la redención, sublimando el desamor y el desconcierto a través del arte.

En palabras de Matabosch, de la obra de Ernst Theodor Amadeus Hoffmann interesa su sintonía con el romanticismo y con la música. De hecho, destaca que uno de sus nombres, Amadeus, fue añadido por él mismo debido a su pasión por Mozart.

Marthaler, por su parte, ha destacado que esta es una "obra maravillosa y fantástica", que no solo es la historia de Hoffmann, sino "un símbolo" de una persona que pasa por una "crisis", lo que se convierte en una "gran fuente de inspiración". "Cada espectador puede hacer su propia lectura personal", ha dicho.

Por su parte, el responsable de la dramaturgia de esta ópera, Malte Ubenauf, añade que no es tan importante si Hoffmann era o no artista, porque la historia aborda la "confrontación" entre distintas pasiones, un "choque", una "lucha" y una "incapacidad" para elegir entre las "distintas variaciones del amor y las distintas variaciones del arte".

Esta nueva versión, con libreto de Jules Barbier, basado en la obra de teatro homónima de Jules Barbier y Michel Carré, realizada en coproducción con la Ópera de Stuttgart (Alemania), cuenta con la escenógrafa y figurinista Anna Viebrock, colaboradora habitual de Marthaler, que sitúa la acción de la trama en algunos de los espacios más vivos y singulares del Círculo de Bellas Artes de Madrid, como el salón de columnas, la sala de billares o los talleres.

En palabras de Viebrock, a ella le gusta viajar, hacer fotografías y dibujar bocetos, no solo sacar los elementos del texto. Por este motivo, Mortier la llevó a Círculo de Bellas Artes, un "elemento de inspiración" para ella.

Allí visitaron la cafetería, donde Mortier reunió al equipo creativo de la ópera hace dos años, cuyos cuadros y la estatua de mármol simbolizaron la mujer como "objeto de deseo" para la escenógrafa.

ÓPERA INACABADA

Tras su muerte, Jacques Offenbach (1819-1880) dejó fragmentada e inconclusa esta ópera, ya que finalizó solamente la versión para canto y piano de los cuatro primeros actos, sin la orquestación, y parte del epílogo.

El director musical Sylvian Cambreling ha explicado que, sin embargo, dejó muchas partituras escritas dirigidas a esta pieza. En 1881 se estrenó una versión muy reducida y años después aparecen poco a poco partituras originales y se compuso una nueva partitura a partir de estos nuevos manuscritos.

En esta producción, Cambreling ha querido acercar la escenografía al libreto original y ha tratado de restablecer el orden de las escenas, según explica. Según ha indicado, Mortier siempre estuvo interesado en llevar a cabo este proyecto, con el que siempre se mostró "muy apasionado". "Siempre decía: Quiero vivir los Cuentos de Hoffmann".

El libreto se estructura en cinco actos: en el acto I, el poeta Hoffmann se encuentra ebrio en una taberna y recuerda a Stella, cuya personalidad poliédrica refleja la de las otras tres mujeres evocadas en los actos II, III y IV: Olympia, la muñeca autómata, Antonia, la cantante diva, y Giulietta, la cortesana.

En el último acto, el epílogo, Hoffmann no consuma el reencuentro con su amada, pero se le aparece su musa, que se había ocultado bajo la apariencia de su estudiante Nicklausse, dando sentido a su penar.

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