Atiq Rahimi defiende la dignidad de la mujer afgana

Actualizado: miércoles, 6 mayo 2009 20:17

MADRID, 6 May. (EUROPA PRESS) -

El escritor afgano residente en París, Atiq Rahimi (Kabul, 1962), defiende la dignidad de la mujer afgana en su novela 'La piedra de la paciencia' (Ediciones Siruela), ganadora del Goncourt 2008, el prestigioso galardón literario francés.

El libro, que guarda ciertas similitudes con la obra de Delibes 'Cinco horas con Mario', presenta a una mujer que sostiene un profundo monólogo frente a su marido que yace en una cama y que, "en esta ocasión, se convierte en su piedra de la paciencia ('syngué sabour'), como la que se encuentra en La Meca y alrededor de la cual millones de peregrinos descargan sus desgracias", tal y como apuntó hoy su autor.

Rahimi destacó que este libro es "un canto a la necesidad de la palabra en su cultura, que se convierte en un aspecto esencial y hasta existencial". "El problema de Afganistán no es 'ser o no ser' sino 'decir o no decir', ya que tras, sufrir sucesivos regímenes dictatoriales, la palabra ha sido sistemáticamente reprimida", puntualizó.

La novela está dedicada a la joven poetisa y compatriota Nadia Anjuman, brutalmente asesinada por su marido en 2005. Y, con ella, "a todas las mujeres que se sostienen con la palabra y combaten con ella para existir", según explicó.

Sin embargo, el escritor no se consideró "ni feminista ni sexista". De hecho, la novela cuenta con personajes femeninos atroces, como la suegra de la protagonista y otros de hombres maravillosos. "Sólo quiero denunciar la opresión a la que se somete a las mujeres sobre todo en mi país", sentenció el autor quien indicó que la traducción al persa "está en camino" y todavía no ha notado su repercusión en Afganistán.

"No puedo despertar espíritus dormidos, pero sí puedo perturbar su sueño", ironizó el escritor quien señaló a los movimientos islamistas radicales como "los responsables del desastre económico y social" de su país así como de tratar de destruir, por todos los medios, la identidad cultural afgana".

Por otra parte, Rahimi indicó que la novela lanza una reflexión en torno al cuerpo, que en lenguaje persa es homónima a 'alma'. "Quería jugar ambas palabras como se hacía en la poesía mística de Rumi, de tal forma que el cuerpo va pasando por tres etapas: una primera en la que se convierte en objeto de sufrimiento; una segunda en la que el cuerpo es visto como un objeto de intercambio mercantil; y una tercera en la que el cuerpo pasa a ser el sujeto que nos da una identidad en este mundo".

El autor señaló que, aunque muy compleja, "la solución a esta represión vendrá de la mano de una nueva cultura asimilada por las nuevas generaciones". "Hay que buscar referentes para la juventud, una imagen separada de los fusiles y la violencia en la que puedan mirarse", comentó Rahimi quien, en su peculiar búsqueda por esta esperanzadora situación, ha colaborado con una televisión afgana creando series para jóvenes y un OT a la afgana. "Prefiero ver a los chicos con un instrumento musical que con un fusil", concluyó.