Editores europeos creen que la guerra del libro contra las pantallas "no está perdida"

La escritora Annie Ernaux y el editor Antoine Gallimard (Éditions Gallimard)
La escritora Annie Ernaux y el editor Antoine Gallimard (Éditions Gallimard) - EUROPA PRESS

Actualizado: domingo, 22 septiembre 2019 15:47

POLLENÇA (MALLORCA), 22 Sep. (de la enviada especial de EUROPA PRESS, Ana Costales) -

Los editores Antoine Gallimard (Éditions Gallimard), Ernesto Franco (Editorial Einaudi) y Jorge Herralde (Anagrama) han coincido en considerar que la guerra del libro en papel contra las pantallas "no está perdida", aunque han reconocido que "cada vez está más complicado" porque hay corrientes, como Netflix o los videojuegos, "que no son favorables".

De los tres, el más "pesimista" es el francés Antoine Gallimard, que ha asegurado a los medios, en un encuentro con motivo de las Conversaciones Literarias de Formentor 2019 --que se celebran este fin de semana en el Hotel Formentor Royal Hideaway, donde se ha entregado el Premio Formentor a la escritora francesa Annie Ernaux-- que, a pesar de que la guerra no se ha perdido todavía, el mundo de la lectura "está mal" por el descenso de esta actividad entre los jóvenes, la presencia de las pantallas y la ausencia de discusiones literarias, entre otros aspectos.

En este sentido, ha destacado que el retroceso del libro en Francia se debe, entre otros motivos, a que está "cada vez menos presente en los medios de comunicación", al tiempo que ha explicado que el Sindicato Nacional de la Edición, del que fue presidente entre 2010 y 2012, ha comprobado que la presencia del libro en los medios ha disminuido entre un 30 por ciento y un 40 por ciento.

"Macron dice ser muy amigo del libro, pero no toma ninguna medida en este sentido. A los autores jubilados se les tasa en función de los derechos de autor y ellos se están cansando de esta situación", ha apostillado.

Por su parte, el editor español Jorge Herralde considera que Gallimard "es catastrofista" porque, a su juicio, en Francia se protege más el libro en papel y las librerías que en España. "Qué más quisiéramos en España que estar como allí", ha subrayado.

De este modo, ha asegurado que en España, hay "un nivel de alejamiento" de las administraciones con respecto al libro "desde hace tiempo".

Herralde ha apuntado que "a medio o largo plazo" hay "perspectivas agravantes" como Netflix, los videojuegos o Amazon, tres elementos que "indican que el tema está cada vez más complicado". Así, cuenta que los jóvenes se compraban libros y que actualmente "están con otros tipos de bibliotecas de cachibaches".

Mientras, el italiano Ernesto Franco ha asegurado que hace 15 años también se pensaba que el libro como objeto iba a acabarse, y ha defendido Internet como "una prótesis del cerebro humano que facilita el acceso democrático de la gente a la lectura".

"Es mucho mejor que un chico de El Congo pueda acceder a la biblioteca nacional de Florencia con más facilidad que antes, pero es cierto que hay que defender los derechos de autor porque de otra manera se regresa a la idea del editor como funcionario del poder", ha señalado.

Asimismo, Franco ha considerado que en Italia se lee menos que en el resto de Europa, una situación que, en su opinión, no tiene que ver con la publicación de demasiados títulos, sino con la "falta de inversión económica en materiales, proyectos en las escuelas y del uso de los medios que puedan estimular la lectura".

SUPERAR "LA AMENAZA" DE LAS PANTALLAS

Los tres empresarios han defendido la labor del editor en la lucha contra "la amenaza" de las plataformas de series y los libros electrónicos. En este sentido, Gallimard ha afirmado que "sigue intentándolo a pesar de todo", organizando, entre otras cosas, campeonatos de lectura para niños para fomentar esta actividad desde la infancia.

Además, ha asegurado que en la literatura hay una crisis con respecto a la ficción porque, a su juicio, la gente prefiere historias personales, colectivas o documentales y, en este sentido, considera que "no está todo perdido" porque en su editorial aún siguen funcionando iniciativas como los libros de bolsillo, los libros para la juventud y el cómic.

Herralde, en cambio, ha señalado que lo único que se puede hacer desde Anagrama es "intentar publicar lo mejor posible" para un público que no esté "absorbido" por las pantallas, ya que considera que es el "gran fenómeno nuevo contra el que hay que luchar".

Por otra parte, Franco ha argumentado que la labor de la edición y la diversidad de editoriales es "esencial para la libertad de imaginar el mundo". "Si alguien se confunde y piensa que su editorial tiene que ser solo financiera, ésta se va a acabar dentro de poco porque no se comprende profundamente lo que se debe hacer desde una editorial. El trabajo de todos los días es lo que determina la diferencia en este actividad", ha apostillado.

En esta línea, Gallimard, que rechaza la figura del agente literario que se ha puesto de moda en Estados Unidos, ha detallado que un editor es un "artesano" que debe ser capaz de publicar un libro "en el que se cree" aunque se piense que no va a tener éxito y al mismo tiempo debe tener "complicidad" con los autores, ser su "mánager, psicólogo y amigo". "Esta trayectoria es como un paseo a dos, hay pasiones y también traiciones", ha aseverado.

Para Herralde, que ha defendido que la clave para la supervivencia de las editoriales es "la virtud con mayúsculas", un editor tiene como principal papel mantener el "feeling" con el escritor, "conseguir los mejores autores posibles, no bajar la guardia y conseguir la fiabilidad del catálogo".

Asimismo, ha destacado que sus candidatos para el Premio Nobel, que se entrega el próximo 10 de diciembre, son Claudio Magris y Richard Ford; mientras que Franco y Gallimard han apostado por el escritor español Javier Marías. El francés también ha destacado que "una mujer estaría bien" y se ha decantado por la galardonada del Premio Formentor de esta edición, Annie Ernaux, cuya literatura califica "como un leopardo de las nieves".

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