Marc Levy: "En el amor hay muchas cosas no dichas"

El escritor Marc Levy en la presentación de uno de sus libros
Europa Press
Actualizado: lunes, 15 junio 2009 14:36

BERLÍN, 15 Jun. (Elena Mencía/EP) -

El escritor francés Marc Levy, con más de 15 millones de ejemplares vendidos de sus obras y traducido a 41 idiomas, narra varias historias de amor en el libro 'Las cosas que no nos dijimos' (Planeta).

Por un lado está la relación iniciática de amor y truncada de Julia y Tomas, una joven estadounidense y un chico del Berlín Este, que enlaza años después con la relación entre la chica y su padre, un magnate que en sus últimos días buscará la redención y ser el buen padre que nunca fue.

"En el amor hay muchas cosas no dichas", confesó el autor este lunes en Berlín, ciudad en la que transcurre parte del libro. Una historia de incomunicación, reencuentros y de segundas oportunidades es como el autor definió su novela, durante una entrevista concedida a Europa Press.

En el caso de la relación paterno filial, Anthony ha pasado por la vida de su hija sin superar sus diferencias. Pero tendrá la oportunidad, un tanto extraña, de pasar con ella seis últimos días para recuperarla. En ese tiempo, el padre viajará con Julia, que estaba a punto de casarse, quizá con el hombre no adecuado, para que recupere a su amor de juventud, un berlinés al que conoció justo el día de la caída del muro de Berlín y que creía muerto.

"Es una novela sobre lo que no se ha dicho", confesó el autor, convencido de que, sobre todo, "en el amor hay muchas cosas no dichas". "Vivimos una época de incomunicación, pese a tener Internet, no nos decimos las cosas que de verdad importan", consideró, apuntando que es siempre al perder algo cuando nos damos cuenta de lo que de verdad importa.

NUEVA YORK, PARÍS Y MONTREAL

La novela, con multitud de diálogos y 'flashbacks', contiene una mezcla de realidad y ficción utilizada por el autor para el reencuentro entre padre e hija, que llevan años sin hablarse. "Anthony tiene que ponerse la máscara y presentarse ante su hija, es la única forma de que ésta le volvería a aceptar", explicó el autor, que también ambienta su libro en Nueva York, París y Montreal.

La causa del desencuentro entre padre e hija se debe a que éste no le permitió seguir con su historia de amor con Tomas. Que fuera justo el día de la caída del muro la fecha en la que Julia y Tomas se conocen es, en cierto modo, una forma romántica de conocerse. "Entre la comedia romántica y el drama romántico hay una diferencia. En el primer caso la historia se aleja de otras realidades, mientras que en el drama los personajes están marcados por otros acontecimientos", consideró.

Es por ello que quiso encarnar esa historia de primer amor en una joven estadounidense y un chico de Berlín Este. "Hay pocas novelas que hablen de una historia de amor entre personas del Este y el Oeste", precisó Levy, reseñando que la "reunión" de ambos mundos (en relación a la reunificación alemana) "es muy reciente".

En cuanto a la culpabilidad que Julia achaca a su padre por no haber sido el padre que ella esperaba, Levy destacó que no basta con echar la culpa a los padres. "Todos somos responsables de nuestra vida, es una realidad que tenemos que afrontar", reseñó el autor, que se enmarca dentro de una generación "que culpa a sus padres de lo que no funcionó".

"Es una hipocresía y en el libro está oculta una cosa: que en un momento somos los hijos de nuestros padres y otra en la que somos los adultos que tienen que enfrentarse a sus hijos", agregó.

CIERTO PUDOR

Si Marc Levy tuviera la oportunidad de encontrarse con esa persona a la que decir "las cosas que nunca nos dijimos" esa sería, sin duda, su abuela ya fallecida. Sin embargo, el autor dudó a la hora de contestar, ya que en un principio pensó en que esa persona sería su padre, aún vivo. "Él está vivo y contestar a esa pregunta me causa un efecto... Hay una relación de pudor", consideró.

Varias novelas de Marc Levy han sido llevadas a la gran pantalla ('Et si c'etait vrai' -'Ojalá fuera cierto'- se tradujo a 38 idiomas y Dreamworks la llevó a la gran pantalla). "Escribir para el cine es diferente a escribir una novela, en la que se tiene muchas más libertad", concluyó el autor, que no piensa, de momento, en que su última novela llegue a los cines.