MADRID 28 Oct. (EUROPA PRESS) -
El escritor argentino Raúl Brasca (Buenos Aires, 1948) acaba de publicar en España 'Últimos juegos' (Páginas de Espuma), un libro de cuentos en el que reúne once relatos breves para adultos, que resumen sus diez últimos años de creación. La violencia y el erotismo son las temáticas principales de estos microrrelatos, entre la realidad y el absurdo. "Mis cuentos se leen como dispositivos que están a punto de estallar", afirmó en una entrevista a Europa Press.
Brasca, ingeniero químico de profesión, pero aficionado desde muy joven a la literatura -"es mi modo de ser en el mundo", dijo- selecciona en este volumen 11 cuentos, escritos en la última década.
"Es un periodo bastante largo de mi producción, que fue intercalada con otras obras de microficción, y responden a toda mi evolución estética", explicó sobre unos textos que abarcan desde el realismo hacia el absurdo, pasando por otros "a caballo entre el realismo y casi el absurdo".
Cuentos "sobre todo, para adultos", por su temática. "Hay cuentos de violencia, de erotismo, y violento-eróticos, dentro de una forma tradicional como lo es en mi país entre escritores que practicamos la escritura deliberada", señaló, puntualizando que ocultar la violencia "es la mejor manera de incrementarla".
'El hedonista', 'Las cosas nunca salen como uno quisiera', 'Una mala noche', 'El nuevo' o 'Truco' son algunos de los títulos de estos breves en los que aparecen personajes que casi nunca son quienes creen ser. Como un campeón del placer, un hombre que se cree amado por una adolescente, un profesor estrella, o un trío de chicos que dirimen entre ellos virilidades aún no experimentadas.
UN MAL PERMANENTE
Hay también otras temáticas, pero el interés por la violencia de Brasca se debe a su condición de "argentino y habitante de este mundo". "La violencia es un mal que nos ha acompañado permanentemente, sobre todo a mi generación, te preguntas por qué y tratas de explicarlo, y darle un sentido", subrayó un autor que niega hacer cuentos políticos pero que se siente obligado a "procesar los actos violentos".
Brasca, que no se ha sentido "tentado" a escribir novela, y considera que el cuento es "un género tan mayor como la novela", destacó que ni Borges llegó a escribir narrativa, como otros muchos.
"Era solo cuentista", apuntó destacando que "el paladín de la brevedad era Augusto Monterroso". "Monterroso decía que nada desea más el escritor de brevedades, que escribir largos textos donde la imaginación no tenga que trabajar tanto", recordó, convencido de que los microrrelatos y cuentos breves "exigen una cuota mayor de imaginación".
UN BUEN CUENTO
Y es que para leer cuentos uno no puede "andar distraído". "En la novela, si te pasas una página o dos no pasa demasiado, pero en un buen cuento, como trabaja con lo que no se dice, hay que estar muy atento a la elipsis, uno no se puede saltar una línea, porque puede ser muy grave al darle sentido al texto", aseveró.
Brasca, reseñista y crítico del diario 'La Nación' de Buenos Aires, destacó el surgimiento de nuevos artistas argentinos dedicados al cuento, como el joven desconocido Eduardo Muslip, autor de 'Plaza Irlanda', que distribuyen editoriales pequeñas de la capital.
En cuanto a sus proyectos, el autor de los libros publicados en España 'Todo tiempo fue peor' y la antología 'De mil amores', adelantó que el próximo año publicará en España dos nuevas antologías.