MADRID 21 Sep. (EUROPA PRESS) -
La colección Primavera-Verano 2008 de Alma Aguilar es todo frescura, luminosidad y aires del Mediterráneo. Sus diseños están pensados para una mujer sensual, delicada, que evoca las últimas décadas del siglo XIX en clave de elegancia romántica y bohemia.
Sobre cualquier color el blanco es el protagonista indiscutible, junto a los crudos y algún tono mar. Y como complementos ligados a estos colores, enormes flores que se solapan al cuello y los hombros como una metáfora primaveral.
Los tejidos más ligeros y vaporosos se combinan con los más toscos y rústicos de tono austero y casi infantil. Las puntillas y bordados recorren parte de los vestidos y se coordinan con apliques de cristal, madera lacada y nácar.
Los fajines, con bordados y aplicaciones, complementan y realzan la figura femenina con delicadeza absoluta y con un criterio exquisito y perfeccionista.