MADRID, 25 DE ENERO (EDIZIONES)
En el partido que jugó el Real Madrid el pasado domingo frente al Betis vimos a Cristiano Ronaldo frustrado. Sin entrar demasiado en juego, salvo en el arreón de la segunda parte de todo el equipo, sin puntería y gesticulando mucho en el campo. Cierto es que sus cifras goleadoras siguen siendo tremendas. A más de un gol por partido. Pero aún con estos números se ve que no es su mejor momento.
En el partido frente al Betis no fue capaz de anotar. Tuvo una buena oportunidad en la primera parte que marró, tirando el balón demasiado cruzado y sin peligro para la puerta de Adán. Pero poco más. Tampoco pudo poner un buen centro (ni él ni ninguno de sus compañeros) que llevara picante. El partido del 7 no fue bueno. Como el del equipo en general.
No está siendo decisivo. Si nos fijamos en los goles que ha anotado esta temporada en liga, podemos ver que en solo un encuentro sus goles han sido definitivos para la victoria final. Fue en su doblete contra la Real Sociedad, en un encuentro en el que el conjunto blanco ganó por 1 gol a 3. Los demás tantos no fueron imprescindibles para la victoria del equipo. No quiere decir que sea mal jugador, porque es un fenómeno, y además, los goles hay que meterlos. Pero no es lo decisivo que ha sido en otros momentos.
También ha estado desaparecido en los partidos importantes. No ha anotado en los partidos contra los grandes, que es, sobre todo, donde se espera que un astro del fútbol como él anote goles. No es que se esconda, ni mucho menos. Eso no se puede achacar al luso. Siempre anda buscando el gol. Puede que no marque, pero siempre tiene alguna. Siempre. Como buen atacante, él solo es capaz de buscarse sus propias ocasiones. Él fabrica mucho. Pero es verdad que no está acertado, y con los grandes, un poco menos.
No es la primera vez que Cristiano Ronaldo pasa por un mal momento. Y es verdad que siempre vuelve. Y volverá. Pero cuando no le salen las cosas como a él le gusta, la ansiedad y la frustración se apoderan de él. Y cuando eso pasa, vuelven los gestos. Cuando eso pasa regresa el Ronaldo más en el suelo que de pie. Regresan las quejas al árbitro.
Estos son los signos de frustración de Cristiano Ronaldo. Además, en estos últimos partidos se ha evidenciado de una manera más clara con dos pataditas sin balón que bien le pudieron valer la expulsión. Frente al Betis dio una patada sin balón a Molinero, y en el partido frente al Sporting de Gijón hizo algo parecido a Nacho Cases. Desde luego no son patadas para lesionar ni hacer daño al jugador, pero si el árbitro las ve, no dudaría en sancionarla con roja directa.
Estas cosas pasan cuando CR7 no está en su mejor momento. Lo hemos visto en otras ocasiones. Tiene rachas mejores y peores. Pero siempre acaba volviendo. Muchas veces se le ha criticado por su bajón de rendimiento, pero al final siempre le da la vuelta. Ahora no estará todo lo bien que gustaría, pero cuidado con descartarle. Porque es un fuera de serie y siempre está ahí. A pesar de todo.