Grecia y Rusia se juegan su continuidad a una carta

SALZBURGO (AUSTRIA), 13 (EUROPA PRESS)

La vigente campeona Grecia dirá adiós al torneo que hace cuatro años le encumbró si no obtiene mañana un resultado positivo frente a Rusia, igualmente presionada por su derrota de la primera jornada, en un duelo de estilos muy desiguales, con la solidez defensiva griega frente al toque por el que siempre ha optado Guus Hiddink.

La primera jornada dejó el grupo D de esta Eurocopa muy desnivelado, con dos equipos que lucharán mañana por la clasificación matemática (España y Suecia) y otros dos que intentarán no despedirse del torneo demasiado pronto. Griegos y rusos se juegan su futuro a una carta.

Defensiva hasta la desesperación, Grecia recurrió contra Suecia a su vieja fórmula, antaño exitosa, basada en la solidez de un sistema con cinco hombres empotrados junto al portero Nikopolidis. Un zarpazo de Ibrahimovic desmontó el entramado heleno, dejó al equipo tocado y obligó a Otto Rehhagel a una reflexión, visto que su planteamiento habitual no conducía a nada.

El veterano entrenador alemán podría optar mañana por un dibujo más ofensivo diseñado para arropar a Charisteas, un islote en ataque en la primera jornada. Para ello, dejará fuera a un defensa, presumiblemente Antzas, a cambio de una pareja de baile para el punta del Nuremberg, bien Amanatidis o bien Liberopoulos.

La derrota invitó a Rehhagel al cambio, lo contrario que su colega, que posiblemente optará mañana por los mismos once futbolistas que salieron escaldados por la puntería de Villa. Guus Hiddink dejó en Innsbruck la impronta de su fútbol de toque, buenas sensaciones para los rusos a pesar de la goleada que sufrieron, siempre que sus defensas se enchufen de verdad al torneo.

Al igual que contra España, el técnico holandés sufrirá el lastre de dos bajas claves, el mediapunta Arshavin, que cumple el segundo de sus dos partidos de sanción, y el delantero Pogrebnyak, lesionado. Además, el sustituto del delantero del Zenir, Pavlyuchenko, tiene problemas musculares y es duda, lo que podría complicar aún más las opciones rusas.

Los precedentes históricos son claramente favorables a los rusos, con siete victorias en sus ocho enfrentamientos anteriores. En cualquier caso, los griegos todavía recuerdan el sabor dulce de su última derrota ante Rusia, la única selección capaz de batir hace cuatro años a los de Rehhagel en su sorprendente recorrido hacia el título europeo.