Antonio de la Rosa: "No he sentido la soledad"

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Actualizado: miércoles, 24 diciembre 2014 15:48

"Quizá he ganado porque para mí era todo nuevo y los primeros cuarenta días se pasaron volando"

   MADRID, 24 Dic. (EUROPA PRESS) -

   El español Antonio de la Rosa, ganador de la Rames Guyane 2014, confiesa que su victoria ha sido "una regalo", ya que el objetivo a su salida el pasado 18 de octubre desde Dakar era simplemente "llegar", señalando que la clave de la victoria puede haber sido que "los primeros cuarenta días se pasaron volando" por el hecho de que en su caso "era todo nuevo", junto con el "empujón extra" del calor de los suyos, que le han hecho no sentir "soledad" en sus 64 días en el mar.

   "Para mí era todo nuevo cada día. Por suerte he estado más de 40 días disfrutando, se me pasaron volando porque no soy navegante, si lo hubiese sido puede que hubiera sido más duro. Cuando ya realmente conoces todo y entra la parte física es cuando me planteo la competición, quizás por eso he ganado", confesó De la Rosa, en declaraciones a Europa Press, sobre su sorprendente victoria en el llamado 'Everest' de las rutas transoceánicas, única prueba que se realiza a remo y en solitario.

   Además, añadió que ha disfrutado "mucho" durante "el primer mes y medio", ya que "había siempre nuevas experiencias" como "ver pájaros y peces diferentes" y que no acusó la dureza física. "Soy una persona que entrena habitualmente y estoy bien preparado. El sufrimiento físico para mí no supone un desgaste extra, y en mi opinión es más fuerte el desgaste mental, ya que hay gente que ha pasado días muy malos", señaló.

   En el aspecto mental también fue una gran ayuda el hecho de no haber "sentido la soledad", ya que gracias a "las comunicaciones de hoy en día" ha conseguido "casi" sentir "cerca" a sus seres queridos a través de llamadas de teléfono y ser "consciente de que hay mucha gente pendiente".

   "Llevaba incluso Internet en el barco y me mandaban algún pantallazo, y además llevaba un libro de fotos de todos mis amigos y cada día pasaba una hoja. Mi hermana me iba mandando los mensajes de apoyo de la gente, que para mí eran importantes porque me decían que cada vez había más gente pendiente y que se iba montando más ruido", reconoció

   Por ese motivo, calificó su recibimiento del martes en el aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid-Barajas como "una pasada" y a la altura del "gran recibimiento" que tuvo en la línea de meta en la Guayana francesa. "Fue casi como el de un héroe nacional, para ellos ha sido muy especial mi victoria", comentó.

NO MÁS DE TRES HORAS SEGUIDAS DURMIENDO.

   "Lo más duro puede que sean los días en los que me tuve que poner a tope y remar en serio, sin poder descansar y sin poder dormir, y también la parte del confort del barco. Yo soy una persona que se adapta a cualquier cosa y soy capaz hasta de dormir encima de las piedras, pero tantos días en un espacio tan reducido es difícil", relató el madrileño.

   De la Rosa explicó que el lugar donde dormía "tenía 60 centímetros de ancho" y tenía que intentar conciliar el sueño sin poder "abrir los codos ni las piernas", algo que sumado "a la humedad del colchón" y el hecho de que "te tienes que despertar cada dos horas porque el barco se va a la deriva y hay que estar pendiente para cambiar el rumbo", hicieron que no pudiera "descansar en condiciones", llegando a no dormir "más de tres horas seguidas en los 64 días".

   "Ya que haces esto, lo mejor es llegar cuanto antes. Hay algunos que van a tardar hasta tres y cuatro semanas más, y es difícil por la comida, ya que se acababa y he tenido incluso que pescar", apuntó De la Rosa, que reconoció que "ganar esta prueba era un doble regalo" porque su reto era "cruzar el Atlántico" y conseguir algo que "no había hecho nadie".

   En este sentido, une este reto al de haber completado la legendaria carrera de trineo de perros del 'Iditarod' en Alaska, un hito complicadísimo al tratarse de "terminar dos expediciones tan extremas y tan distintas en el mismo año".

   "He disfrutado mucho y si hacemos esto es porque nos gusta. Evidentemente nadie te obliga a meterte en un barco porque eso sí que sería horrible. Lo haces porque te gusta y sabiendo que hay momentos buenos y malos, pero los buenos compensan con creces los malos ratos que puedes pasar por cualquier cosa", valoró De la Rosa sobre lo conseguido y lo que queda por delante.