BILBAO, 13 Feb. (EUROPA PRESS) -
El navegante vasco Unai Basurko sufrió ayer un buen susto a bordo del 'Pakea', después de que el ordenador sufriese un incendio, que afortunadamente no ha tenido consecuencias graves.
Basurko procedía a consultar las cartas de navegación, cuando al encender el ordenador de repente salió una llama de la batería del mismo. Basurko cortó rápidamente el suministro eléctrico y seguidamente utilizó un trapo e incluso sus propias manos para apagar las llamas que se habían extendido a los papeles de la mesa de cartas.
En pocos segundos la cabina del 'Pakea' se llenó de un espeso humo negro que desprendía un olor muy fuerte. Las condiciones meteorológicas adversas que reinaban en ese momento eran tan grotescas que Unai no pudo abrir para ventilar hasta largo rato después. Según comentó el portugalujo, la cabina todavía huele a humo, y hasta que no entre probablemente en el Atlántico Sur no podrá ventilar el barco todo lo necesario.
Este percance podía haber sido mas grave, ya que la flota en la retaguardia de esta segunda etapa de la 'Velux 5 Oceans', navega desde hace unas semanas en una de las zonas mas extremas del mundo. Los vientos han sido muy fuertes, acompañados normalmente de chubascos con granizo y de una mar enorme y montañosa, lo que hace que el barco sufra fuertes golpes al chocar las olas contra el casco.
Además, a finales de la semana pasada, el 'Pakea' sufrió una rotura de metro y medio en la baluma del genova, un desgarro que ha inutilizado la vela hasta que el portugalujo encuentre un momento de calma donde poder arreglarlo.
El barco de Basurko navega también sin los brazos de los equipos de viento, lo que elimina una de las dos posibilidades de funcionamiento de los pilotos automáticos, es decir, la opción de navegar a viento. Esta rotura supone para Unai menos horas de sueño y una constante atención en la dirección del viento, que ahora debe adivinar como a la antigua usanza, a través de los movimientos de la ikurriña (bandera) de popa.
Por otra parte el 'Pakea', al igual que el 'Saga Insurance' de Sir Robin Knox-Johnston, no puede recibir los partes meteorológicos, debido a la falta de cobertura del sistema, lo que obliga al 'skipper' vasco a ir a ciegas.
