BARCELONA, 30 Jul. (EUROPA PRESS) -
El exatleta Daniel Plaza, primer medallista de oro del atletismo español en unos Juegos Olímpicos al ganar los 20 kilómetros marcha en Barcelona '92, celebra formar parte de la historia por ser el que abrió el camino hacia la primera posición del podio en unos Juegos y por lograrlo en casa, ante su afición, algo que no había ni soñado.
El 31 de julio de 1992, el barcelonés se proclamó, casi contra todo pronóstico, en el campeón olímpico de los 20 kilómetros, tras dominar una dura prueba por el calor y la humedad. Las miradas se fijaban más en Valentín Massana, pero Plaza fue el más fuerte junto a su compatriota, que pudo firmar un doblete si no hubiese sido descalificado. El barcelonés, en cambio, puso la directa ante sus paisanos y se coronó con un registro de 1:21:45 claramente por delante del canadiense Leblanc y el italiano De Benedictis.
En una entrevista a Europa Press, Plaza no dudó en calificar de "histórico" el ser el primer oro del atletismo español. "No se había conseguido nunca, era algo vetado y sólo están las de Fermín (Cacho) , la mía y la de Ruth Beitia, es algo complicado", manifestó el catalán, que abrió esa veda en los 20 kilómetros marcha y entrando triunfante en el Estadi Olímpic.
"Para mí fue muy especial por el oro, por competir en casa y vivir el éxito con mi familia y amigos, y además fue la primera medalla de oro del atletismo español. Ni en el mejor de mis sueños hubiera ocurrido de esta manera", se sinceró el exatleta sobre su gesta de hace ahora 25 años.
Para el marchador, Barcelona fue lo más y sobre todo tras superar la presión de los medios y poder ganar el oro. "La verdad es que tener a la afición encima ayudaba. Tengo guardada la imagen de la entrada al estadio, unas 65.000 personas levantadas y que coreaban mi nombre... Estaba deseando llegar y me di cuenta de que era importante para mí y para mucha gente", comentó.
Su gran recuerdo es el metal que guarda, nunca mejor dicho, como oro en paño. Pero los Juegos dejaron varios momentos en su memoria. "A la Villa Olímpica fui pero después de mi competición. Estaba concentrado y prefería vivir un poco fuera de ese ambiente, que era espectacular, por el tema de las comidas. En la Villa estaba con compañeros españoles que estaban consiguiendo medallas, un ambiente de euforia porque todo estaba saliendo redondo", recordó.
"Entré y pedí permiso para quedarme en la Villa los días que quedaban de Juegos, y viví el ambiente del éxito deportivo. Fui el día anterior de mi competición a acreditarme y salí en 20 minutos. Al día siguiente de haber ganado el oro fui a entrar y no había manera, todos te paraban. Estuve hora y cuarto o así para entrar, la gente te pedía autógrafos, fotos, y ahí me di cuenta de lo que era haber ganado la medalla", rememoró.
Y es que abrir la vía al oro para el atletismo español sigue siendo algo "muy especial". "Había sido subcampeón de Europa pero todo esto lo superaba. Eras un atleta reconocido en tu deporte pero después de los Juegos gente a la que le gustaba el deporte estaba pendiente de ti, querían fotos contigo y te invitaban a comer. Incluso un taxista, horas después de la prueba, me reconoció y no me cobró la carrera", detalló sobre cómo le cambió la vida ese oro olímpico.
Como contrapunto, le faltó poder disfrutar in situ la Ceremonia de Inauguración en el Estadi Olímpic. "No estuve porque competía a los cinco días o así, prefería no estar por el tema del cansancio y porque estaba entrenando fuera de Barcelona. Sí es cierto que la viví desde la televisión y era emocionante y querías estar ahí, pero había otros objetivos como hacerlo bien", aseguró.
