Tenis/Londres.- El sueño olímpico de Ferrer y Feliciano desemboca en la lucha por el bronce tras un interminable partido

Feliciano López y David Ferrer en el doble de Londres 2012
REUTERS
Actualizado: viernes, 3 agosto 2012 23:41

Los tenistas españoles aspirarán al bronce contra otra pareja de franceses, Julien Beneteau y Richard Gasquet


LONDRES, 3 Ago. (De la enviada especial de EUROPA PRESS, Eva Martínez) -

El sueño olímpico de los españoles Feliciano López y David Ferrer llegó a su fin este viernes, tras perder la semifinal de dobles de los Juegos de Londres contra la pareja francesa formada por Michael Llodra y Jo-Wilfried Tsonga por 2-1, en un prolongado encuentro que precisó de 33 juegos en la última manga para decidir ganador y en el que el tándem español llegó a desperdiciar cuatro bolas de partido.

Tres horas y 29 minutos fueron necesarias antes de sentenciar que López y Ferrer serán quienes este viernes disputen contra los también galos Julien Beneteau y Richard Gasquet la medalla de bronce de unas Olimpiadas en las que han sorprendido al convertirse en la gran baza del tenis español. No en vano, el único partido jugado antes de Londres 2012 había sido en Roma y lo habían perdido.

La clave ha estado, sobre todo, en el saque de un poderoso Tsonga que se vio favorecido por la hierba de Wimbledon. Los franceses se mostraron muy agresivos a su salida a la pista 1 del All England Tenis Club, con una seguridad que les permitió vencer los primeros juegos sin apenas esfuerzo. El combinado español, por el contrario, parecía más agarrotado, menos desenvuelto y tuvo que esperar hasta el quinto para lograr arañar algún punto en el servicio de sus rivales.

El marcador mostraba una contienda igualada, pero López y Ferrer tenían que luchar por evitar el 'break', frente a sus rivales, que se mostraban intratables sirviendo. Tsonga mandaba en la parte de atrás con golpes certeros que se completaban con la precisión de la zurda de su compañero, que forzaba errores en una pareja española que en los primeros lances no lograba encontrarse sobre la pista.

Los franceses dominaban con facilidad y se mostraban muy seguros arriba, si bien López fue capaz de controlar su posición en la red para superar el noqueo inicial. La clave, sin embargo, estuvo en el octavo juego, cuando las amenazas que acechaban a López y Ferrer, quienes salvaban su servicio en mangas muy igualadas, se materializaron con una gran actuación de Llodra. Con grandes subidas a la red, acertó a colocar la pelota para que el alicantino la mandase a la red y pusiese a los franceses dos juegos arriba, para servir para ganar el set.

VUELCO EN EL SEGUNDO SET

La fortuna les parecía favorable y si a Llodra le salía todo, López y Ferrer veían cómo sus apuestas más arriesgadas topaban con el muro galo, o errores de precisión. La dinámica, sin embargo, dio un vuelco en el segundo set, en el que un inicio titubeante fue resuelto con oficio para dar a la pareja española un control que les permitió ir ganando en comodidad y minar la confianza de sus rivales.

El acierto en el resto que Tsonga y Llodra habían mostrado en los primeros compases dio paso a un disputado segundo set en el que los españoles recuperaron enteros físicamente, frente a una pareja francesa cuya agilidad comenzó a flaquear. El dominio unilateral pasó a ser cosa de dos, con juegos en los que cada bando controlaba su servicio y los inicialmente dubitativos Ferrer y López pasaron a animarse mutuamente con la convicción de que podían estar en la final.

Su perseverancia obtuvo recompensa en el décimo juego, cuando con Tsonga al servicio, supieron aprovechar su primer punto de 'break' del partido para hacerse con el set por 6 juegos a 4. La suerte estaba así echada en un encuentro en el que la hegemonía del arranque francés se convirtió en una semifinal de pundonor y estrategia.

DISPUTADO TERCER SET

La confianza de haber igualado la contienda permitió a Ferrer y López empezar fuertes, tanto que en el set definitivo consiguieron dos juegos seguidos. Sin embargo, cuando se veían por delante en el marcador, un fallo de concentración llevó no sólo a ver cómo la ventaja de 40 a nada que disfrutaban acabase con Tsonga y Llodra rompiéndoles el servicio para dejar nuevamente el set igualado.

El cambio de escenario, tras verse más cerca del podio que nunca, provocó un bajón en en la pareja española que permitió a los galos llevarse el juego en blanco. No obstante, López y Ferrer tardaron poco en reaccionar y mostraron su determinación de no rendirse devolviendo a los franceses el mismo resultado en un quinto juego en el que Ferrer se mostró especialmente seguro con su saque.

Con los ecos del récord batido en la vecina pista central por Roger Federer y Juan Martín del Potro, las dos parejas dejaron entrever un mayor nerviosismo y, si bien ayudó el bajón experimentado por un Llodra que no se mostró al nivel de la primera mitad, ninguna de las dos admitió una repetición de los errores que les habían permitido romper sus respectivos servicios.

Con cinco juegos cada una, la igualdad estaba algo más que en el marcador, con mangas cada vez más disputadas en las que, a pesar de todo, no llegaban los puntos de 'break', puesto que ambas se centraban en no cometer errores en su saque.

Ferrer y López llegaron a dominar a sus contrincantes con boleas acertadas y restos clave que les dieron un juego en blanco ante el que, no obstante, enfrente supieron reaccionar para mantener un empate que condenaba al tercer set a prolongarse más allá del tiempo reglamentario.

JUEGO PSICOLÓGICO

El efecto psicológico se dejó notar y la igualdad a siete llegó de la mano un notable juego de los franceses, especialmente Tsonga, que impidió a los españoles arañar un punto siquiera, en cumplimiento de un acuerdo tácito entre las dos parejas que parecía tener por máxima evitar los errores con el servicio.

El cansancio, aún así, era evidente y las victorias, más trabajadas. Cada juego era dominado con relativo control en el saque de cada pareja, hasta que en el juego 22, con un 40 iguales, los españoles lo tuvieron cerca, pero no supieron aprovechar la cuarta y última bola de partido que Llodra les había puesto en bandeja al tirar la pelota fuera.

Poco después, en circunstancias parecidas los franceses no fallaron y aunque lograron romper el servicio de los españoles, éstos consiguieron devolverles la afrenta con la misma moneda en el juego siguiente en un partido que cada vez se parecía más a un bucle en el que cada pareja repetía lo que la otra había hecho en el juego anterior.

No obstante, en el 33, cuando un resto del número 6 del mundo rompió el servicio de los españoles, los galos sabían que sólo cuatro puntos los separaban de podio olímpico. Pese a errores que permitieron a Ferrer y López soñar con prolongar el encuentro, finalmente Tsonga y Llodra no fallaron y se aseguraron el metal con su pase a la final.