BARCELONA, 28 Abr. (EUROPA PRESS) -
Rafael Nadal mantuvo su racha de victorias consecutivas en tierra batida, y ya van 71, ante David Ferrer (7-5 y 6-1) en la semifinal española del Open Seat Trofeo Conde de Godó, donde el mallorquín defenderá el título obtenido los dos últimos años ante el argentino Guillermo Cañas, y por primera vez en su carrera es el nuevo número uno de la Carrera de Campeones de la ATP, que registra los resultados del año, desbancando al número uno del circuito, Roger Federer.
El mallorquín sufrió como nunca esta semana para llevarse el primer set ante Ferrer, que le rompió dos veces el servicio y llegó a ir ganando por 5-4, pero mantuvo la fuerza y la confianza que le caracterizan para acabar desquiciando al jugador alicantino, tercer español y número 16 del mundo, pese a que éste había planteado muy bien el partido, queriendo tomar siempre la iniciativa, y le creó muchos problemas.
Sin embargo, Nadal supo sobreponerse y, una vez más, ofreció su mejor nivel en el momento necesario, mostrando nuevamente su gran concentración, y logró romper el saque de Ferrer para remontar el partido (6-5) y adjudicarse el primer set. El segundo ya no tuvo historia, el número dos mundial sólo cedió el primer juego, al servicio de Ferrer, y concluyó el choque en una hora y 35 minutos.
Con esta victoria, Nadal arrebata a Federer la primera posición de la clasificación de mejor jugador de 2007, la denominada Carrera de Campeones, aunque continúa segundo por detrás del suizo en el ránking general de la ATP.
Además, le brinda la oportunidad de seguir haciendo historia en Barcelona y convertirse en el primer español y segundo jugador de la historia en lograr tres ediciones del Godó consecutivas, tras el sueco Mats Wilander (1981, 82 y 83).
CAÑAS, CONFIADO EN RECUPERARSE PARA LA FINAL
El argentino Guillermo Cañas afronta la final del Open Seat Trofeo Conde de Godó asegurando que no tiene "nada que perder" y confiado en recuperarse de la contractura en el antebrazo izquierdo que sufrió durante el partido de semifinales ante su compatriota Agustín Calleri, en el que pasó tres horas hasta lograr la victoria en tres sets, por 7-6 (1), 6-7 (5) y 6-2.
Cañas, que también tuvo molestias musculares en un cuádriceps y una ampolla en un dedo del pie, aseguró que incluso se planteó abandonar el partido. "Es algo que no me había pasado nunca y todavía es pronto para saber cómo estaré en la final. Tuve un calambre en el antebrazo que me impedía mover los dedos y por eso fue tan difícil el segundo set", dijo, lamentando la doble falta con que desperdició su segunda bola de partido, tras la cual Calleri se acabó adjudicando el set en el 'tie break'.
"Me pasó por la cabeza abandonar porque se me puso todo en contra, por las molestias y por el set, y son situaciones que te sobrepasan, pero después estuve mejor en el tercer set y las molestias se fueron calmando", explicó el jugador bonaerense, de 29 años, que aseguró pensar únicamente en "recuperarse" para la final, más allá de si su rival era Rafael Nadal o David Ferrer, y dijo que lo principal es que pueda estar "al cien por cien" en el partido.
En todo caso, además, no piensa cambiar su forma de jugar. "Yo no cambio de estrategia de juego, aunque adapto algunas cosas, y no cambiaría mucho si juego con uno u otro", avanzó, mientras se disputaba la otra semifinal.
Cañas, número 28 del mundo, también restó importancia al hecho de enfrentarse al reto de romper el récord histórico de 71 victorias consecutivas en tierra batida de Nadal, pese a que reconoció que el mallorquín "tiene todas las de ganar".
"No es más que un récord. Cada partido tiene unas circunstancias diferentes. Creo que Rafa está jugando el mejor tenis de los últimos tiempos y que sería muy difícil, pero yo no tengo nada que perder y quiero disfrutar nuevamente de una final, la primera en Barcelona", comentó Cañas, el jugador que este año en Indian Wells cortó la racha del número uno, Roger Federer, finalmente de 41, que apartó al suizo de su objetivo de superar la marca histórica de 46 victorias del argentino Guillermo Vilas.
Ahora, ante la posibilidad de romper la racha del número dos, Rafa Nadal, asegura no pensar en "quebrar rachas", "porque lo que está en juego es un título y eso es sólo una circunstancia", y reiteró que el español tiene "más posibilidades" de ganar, como ha ocurrido en los dos precedentes.
Por último, ironizó ante la pregunta de si es más difícil ganar a Federer en cemento que a Nadal en tierra batida: "¿Qué fue antes, el huevo o la gallina?", dijo, asegurando que en ambos casos es "muy difícil".
Por su parte, Agustín Calleri, deseó la victoria de su compatriota en la final e hizo una lectura positiva de su actuación en Barcelona, donde cabe destacar su victoria ante el español y número cinco del mundo, Tommy Robredo, ya que acaba la semana "con mucha más confianza".
Ahora, disputará el torneo de Estoril con el deseo de "pulir ciertas cosas" de cara a Roma, Hamburgo y Roland Garros, donde su objetivo es alcanzar los cuartos de final o las semifinales.
Calleri lamentó sus problemas de concentración y también físicos, ya que acusó unas molestias musculares en el abductor derecho en el tercer set, "algo lógico después de tres horas y ahí me desconcentré, fallé muchas de derechas y él lo tuvo más fácil".
"Fue un partido muy disputado y él tuvo más resto físico en el tercer set y ganó", dijo, subrayando que sabe bien lo que Cañas es capaz de aguantar. "Tuvo el problema, pero luego me metió 3-0, así que tanto no le dolía el brazo", bromeó.