EDIZIONES, 16 Jun.
Este artista turco, de nombre Garip Ay, domina una técnica de pintura muy especial. Sus lienzos son agua. No pinta sobre ninguna superficie sólida, pinta sobre agua. Impresionante. Esta forma de pintura se llama Ebrú, o marmoleado sobre agua, una de las técnicas más originales y bellas del arte turco.
Esta espectacular manera de pintar tiene enorme dificultad. No solo por hacerlo sobre agua, donde se puede hacer un verdadero estropicio si no se hace la pincelada perfecta, sino también por los tintes que se utilizan. Preparar el tinte adecuado para cada obra es en sí todo un arte, y es una de las partes más complicadas de este tipo de pintura. No apto para los que tengan mal pulso...
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Eso sí, aquél que lo domina, como es el caso de Garip Ay, deja unos trabajos espectaculares. La complejidad de la técnica es patente, y no se considera a un artista maestro del ebrú hasta no haber pasado 10 años practicándola. Y no es una técnica nueva e innovadora. Los primeras obras reconocidas de esta forma de arte datan del siglo XVI aunque los expertos creen que ya existía en el Imperio Otomano en tiempos anteriores.
Una vez que se acaba de dibujar en el agua la pintura, el siguiente paso es poner un papel sobre ella para que absorba la pintura, los colores y la forma. El resultado es una maravilla:
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