MADRID 23 Dic. (EUROPA PRESS) -
Al descongelar alimentos, la recomendación general suele ser clara: hacerlo poco a poco en el frigorífico. Es el método habitual para carnes, pescados y otros productos, porque ayuda a conservar mejor su textura y su seguridad.
Sin embargo, no todos los alimentos responden igual a ese proceso, y las gambas son una de las excepciones. En su caso, aplicar automáticamente la misma pauta puede provocar que el marisco pierda color, textura o incluso se oscurezca, algo especialmente habitual en fechas como la Navidad, cuando se consumen grandes cantidades de marisco congelado.
EL ERROR MÁS HABITUAL: DESCONGELAR GAMBAS CRUDAS EN LA NEVERA
Cuando las gambas se congelan, lo hacen formando un bloque compacto. Al pasarlas directamente al frigorífico, la descongelación es lenta y desigual: el exterior empieza a perder frío mientras el interior sigue congelado durante horas.
Ese tiempo intermedio -ni completamente congeladas ni totalmente frescas- favorece que se liberen jugos, se acumule humedad y se activen procesos naturales del marisco que afectan a su aspecto. El resultado es que la gamba pierde brillo y puede oscurecerse, especialmente en la cabeza, dando la sensación de que está en mal estado, aunque no lo estuviera al congelarla.
Desde Pescadería Mari, situada en el Mercado de las Verónicas (Murcia), explican que este es uno de los errores más comunes en casa y que, en muchos casos, el problema no está en el producto, sino en no distinguir entre gambas crudas y cocidas a la hora de descongelarlas.
CUANDO VAN A LA NEVERA: CÓMO DESCONGELAR GAMBAS COCIDAS O SIN CÁSCARA
No todas las gambas se tratan igual. Si el marisco ya está cocido o no lleva cáscara, entonces sí es preferible recurrir al frigorífico. En estos casos, la descongelación lenta ayuda a preservar el sabor y evita cambios bruscos de temperatura.
La recomendación es colocarlas en un recipiente -mejor si tiene rejilla- para que el agua que se desprende durante el proceso no quede en contacto con el producto y no afecte a su textura. Así lo explican también desde la cadena de congelados La Sirena, que diferencia claramente el tratamiento del marisco crudo y el cocido. En estas condiciones, el paso por la nevera no supone un problema y permite mantener las gambas en buen estado hasta su consumo.
CUANDO NO VAN A LA NEVERA: CÓMO DESCONGELAR GAMBAS CRUDAS
Si las gambas están crudas y con cáscara, la recomendación cambia por completo. En lugar del frigorífico, lo más adecuado es descongelarlas en agua fría con sal.
La explicación es sencilla: la sal evita que el marisco absorba el agua dulce durante el proceso, algo que puede alterar su textura y hacer que quede blando o aguado. Además, el uso de agua fría evita que la gamba empiece a cocerse durante la descongelación, algo que podría afectar a su sabor y a su firmeza.
En algunas pescaderías también aconsejan añadir un poco de limón, exprimido o en trozos, como apoyo durante el proceso. De este modo, las gambas empiezan a soltarse en poco tiempo y se descongelan sin perder firmeza ni color, manteniendo un resultado muy similar al que tenían cuando se congelaron.
OTROS DETALLES A TENER EN CUENTA AL DESCONGELAR GAMBAS
Más allá del método elegido, hay algunos detalles que pueden marcar la diferencia en el resultado final. Uno de los más importantes es descongelar solo la cantidad de gambas que se vaya a consumir, ya que volver a congelarlas en crudo una vez descongeladas no es recomendable.
También conviene prestar atención al envase antes de iniciar el proceso. Si ha entrado hielo o agua en el interior, el marisco puede haber perdido parte de su protección durante la congelación. Una vez descongeladas, es recomendable secarlas bien antes de cocinarlas, sobre todo si han soltado agua, para evitar que queden aguadas en la sartén o en la plancha.
Por último, si las gambas ya se han cocinado tras la descongelación, pueden conservarse en la nevera durante un par de días en un recipiente cerrado. En ese caso, incluso es posible volver a congelarlas ya cocinadas, siempre que se haga en porciones pequeñas y se mantenga la cadena de frío.