EDIZIONES, 30 Jun.
Es la clásica pregunta que se le hace a todas las madres. Mamá, ¿dónde está...? Pon cualquier cosa en esos puntos suspensivos. La respuesta llega en seguida: está en... A lo que uno contesta: no, ahí no está. Entonces, tras una fuerte inspiración que se oye en toda la casa que expresa cierto enfado, es cuando la madre va hacia el escondrijo (normalmente llamado armario) y en un solo vistazo, y con un solo movimiento, encuentra lo que con tanto ahínco buscabas. ¿Por qué las madres lo encuentran todo? Se dice que cuando tú buscas cualquier cosa, ésta se esconde. Pero cuando la busca tu madre, sale a la luz por miedo a las consecuencias. Las madres son lo mejor de la vida.
Ahora bien, este no es el caso. Este bebé está buscando su tenedor para poder terminar de comer. Al no encontrarlo, cómo no, pregunta a su señora madre. Mamá, ¿dónde está mi tenedor? La reacción de incredulidad de su madre es palpable. No porque se le vea en la cara, sino simplemente por el hecho de que ha grabado la escena. Tenía que tenerlo grabado, para luego verlo de nuevo y acabar de creérselo. La razón: que el bebé lo tenía en su mano derecha todo el tiempo y no era capaz de encontrarlo.
Cargando el vídeo....
Viendo la reacción del niño puedes pensar dos cosas: la primera, el despiste monumental del chico que no se había enterado de que lo tenía en la mano. Un chaval muy olvidadizo, claro. Pero, si os fijáis en su reacción en los segundos 22, 23 y 24 del vídeo, pone una cara de pillo tremenda, lo que lleva a pensar: ¿Es de verdad o me está vacilando? ¿Tú que crees?
