Por qué reutilizar tarros de cristal de velas como vasos no siempre es buena idea

MADRID 24 Dic. (EUROPA PRESS) -

Reutilizar tarros de cristal es una costumbre cada vez más extendida en casa. Cuando una vela se acaba, su recipiente suele acabar convertido en portalápices, macetero improvisado o pequeño contenedor para objetos. En ese sentido, darles una segunda vida es una buena idea y una forma sencilla de reducir residuos.

El problema aparece cuando ese mismo gesto se traslada al uso alimentario. Porque, aunque muchos tarros de velas se parezcan a un vaso, no todos están pensados para beber en ellos. Y ahí es donde conviene hacer una distinción importante que no siempre se tiene en cuenta.

EL MATIZ CLAVE: SER DE CRISTAL NO ES LO MISMO QUE SER APTO PARA BEBER

Este es el punto central. Tal y como explica el divulgador químico Vladimir Sánchez, que un recipiente sea de cristal no implica automáticamente que sea seguro para alimentos o bebidas.

@breakingvlad

No uses los vasos de las velas ???

? sonido original - Breaking Vlad

La diferencia está en dos aspectos: la composición del material y, sobre todo, el proceso de fabricación. Los recipientes de grado alimentario se producen bajo controles mucho más estrictos, pensados para evitar contaminantes y residuos que puedan pasar al alimento. En los tarros de velas, esos requisitos no son obligatorios, porque su función original no es contener comida ni bebida.

POR QUÉ LIMPIARLOS BIEN NO LOS CONVIERTE EN VASOS

Aquí es donde suele aparecer la confusión. Quitar la cera, eliminar el olor y lavar el tarro varias veces es necesario para reutilizarlo, pero no cambia su naturaleza.

La limpieza elimina restos visibles -cera, fragancias, suciedad-, pero no modifica ni el tipo de vidrio ni las sustancias con las que ha estado en contacto durante su fabricación. Dicho de otra forma: un tarro que no fue concebido como apto para uso alimentario no pasa a serlo por mucho que se limpie.

CUÁNDO SÍ PODRÍA USARSE COMO VASO

Existen excepciones, pero son muy concretas. Algunas marcas venden velas directamente en recipientes diseñados para reutilizarse como vasos una vez consumida la cera. En esos casos, el propio fabricante indica de forma expresa que el recipiente es apto para alimentos o bebidas.

Sin esa indicación clara, no se puede asumir que el tarro sea seguro para beber, aunque el vidrio sea grueso o tenga una apariencia similar a la de un vaso convencional.

CÓMO LIMPIAR CORRECTAMENTE LOS TARROS DE VELAS

Lo habitual es retirar primero la cera restante -ya sea con agua caliente, dejando que se solidifique para retirarla en bloque o usando el congelador- y eliminar el soporte de la mecha. Después, conviene lavarlos varias veces con agua caliente y detergente, insistiendo en las zonas donde puedan quedar restos grasos o de fragancia.

Una vez limpios y secos, pueden reutilizarse sin problema como recipientes para objetos, plantas pequeñas o elementos decorativos, donde no existe riesgo alimentario.

CÓMO REUTILIZAR LOS TARROS DE VELAS (PARA OTROS USOS)

Que no sea recomendable utilizarlos como vasos no significa que los tarros de velas no tengan una segunda vida. Al contrario: su forma, tamaño y resistencia los hacen muy útiles para otros usos cotidianos en casa, donde no existe riesgo alguno.

Una vez bien limpios, funcionan muy bien como organizadores pequeños para lápices, brochas de maquillaje, pinceles, orquillas o accesorios. También pueden usarse como maceteros para plantas pequeñas, especialmente para esquejes o suculentas, o como recipientes decorativos en estanterías y mesas auxiliares.

Otra opción habitual es reutilizarlos como contenedores para objetos pequeños -pinzas, tornillos, velas largas, cerillas- o incluso como tarros decorativos para regalar, rellenándolos con sales de baño, jabones sólidos o elementos aromáticos. En todos estos casos, el cristal cumple su función sin entrar en contacto con alimentos ni bebidas.