EDIZIONES, 18 Jul.
A una abuela de Kentucky, Estados Unidos, le entró el gusanillo de comer yogur con arándanos. Cuando fue a la cocina vio que no tenía, por lo que se condujo hasta el supermercado Kroger más cercano para avituallarse de unos pocos y darse ese capricho.
Allí fue donde conoció a Nathaniel Hunter, un joven empleado de la tienda, que ayudó a la señora a hacerse con los productos deseados llevándola por los enormes pasillos hasta donde se encontraban. Tan impresionada quedó con el joven que decidió dejar un comentario de agradecimiento... y aprovechó la ocasión para desear que su nieto Tyler sea como el dependiente que la ayudó. Esta es la nota que dejó la señora:
“Estaba teniendo uno de esos caprichos nocturnos, ya saben cómo es. Tenía antojo de yogur con arándanos y no podía esperar al día siguiente. Entré en la tienda en su búsqueda. Ahí conocí a un buen joven llamado Nathaniel Hunter. Le pregunté si podría decirme dónde estaban los tan deseados productos de esa noche. En vez de señalarme la dirección, me acompañó por los pasillos y me ayudó con la máquina expendedora. Incluso me ayudó para sacar mi código de barras.
Tengo problemas con las nuevas tecnologías y es muy bonito saber que hay jóvenes brillantes por ahí que se paran a ayudar a una anciana como yo. Como estaba dejando la tienda no podía ayudar, pero ojalá mi nieto fuera más como Nathaniel.
Sé que es terrible decir eso como abuela. No me entiendan mal, quiero a mi nieto a muerte, pero a veces es maleducado. Cada vez que le pido ayuda con el ordenador me dice que consulte Google. Se viste completamente de negro y realmente me molesta. Su madre dice que es solo una fase, eso espero. Quizá vuelva a ver a Nathaniel y le pueda pedir que sea amigo de mi nieto para ser así una buena influencia”.
Queda claro que el amor de una abuela es incondicional, pase lo que pase y sea como sea su querido nieto.
