BRUSELAS, 18 Nov. (EUROPA PRESS) -
La Comisión Europea pidió hoy a los Estados miembros que levanten las restricciones a los trabajadores procedentes de los países de la ampliación --República Checa, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Polonia, Eslovaquia y Eslovenia, que se adhirieron a la UE en 2004, y Rumanía y Bulgaria, que entraron en 2007-- por considerar que ello tendría un impacto económico positivo y contribuiría a reducir el trabajo irregular.
El Ejecutivo comunitario publicó un informe cuya conclusión es que los trabajadores de los países del este que han ejercido hasta ahora su derecho a la movilidad han tenido un impacto positivo en las economías de los viejos socios y no han provocado perturbaciones graves en sus mercados de trabajo.
Estos trabajadores, resalta el estudio, han hecho una contribución importante al crecimiento económico sin desplazar significativamente a los empleados locales ni provocar una reducción de sus salarios, ni ejercer una gran presión en los sistemas de bienestar social. Los flujos de mano de obra han sido limitados en comparación con el tamaño de los mercados de trabajo y con los flujos procedentes de países exteriores a la UE.
"Pido a los Estados miembros que examinen si las restricciones temporales a la libre circulación siguen siendo necesarias", dijo el comisario de Empleo, Vladimir Spidla. "Si se levantaran ahora las restricciones, no solamente sería una medida sensata desde el punto de vista económico, sino que también se contribuiría a reducir problemas tales como el trabajo no declarado y los falsos casos de empleo autónomo", agregó. España ya ha eliminado las restricciones a los países que entraron en 2004 pero las mantiene para Rumanía y Bulgaria.
El porcentaje medio de población de nacionales de los países que se adhirieron en 2004 (EU-10) que viven en la EU-15 se elevó del 0,2 % en 2003 al 0,5 % a finales de 2007. Durante ese mismo período, el porcentaje de la población de búlgaros y rumanos que viven en la EU-15 se incrementó también del 0,2 % al 0,5 %.
La mayor parte de los trabajadores que ejercieron la movilidad procedentes de los nuevos Estados miembros que se adhirieron en 2004, y especialmente los originarios de Polonia, Lituania y Eslovaquia, se dirigieron a Irlanda y al Reino Unido, mientras que España e Italia han sido los principales países de destino de los rumanos.
Sin embargo, con la excepción de Irlanda, los flujos que han recibido los antiguos Estados miembros después de la ampliación, procedentes de los nuevos Estados miembros, han sido significativamente inferiores a la inmigración reciente de nacionales de países exteriores a la UE. Los datos existentes también apuntan a que muchos trabajadores de la UE que se desplazan se dirigen a otro Estado miembro de forma temporal, pero no tienen la intención de quedarse de forma permanente.
Bruselas considera probable que, como consecuencia de la actual situación económica, se produzca una disminución de la demanda de mano de obra que, a su vez, reduzca los flujos de trabajadores dentro de la UE. Las recientes situaciones de desaceleración económica en algunos países ya han producido una importante reducción de las nuevas entradas, paralelamente a un incremento del retorno de inmigrantes.
Los Estados miembros están autorizados a imponer restricciones a los trabajadores de la UE-10 hasta el año 2011 y a los trabajadores de Rumanía y Bulgaria hasta 2013.