Pide a los Estados miembros que usen la política fiscal para sostener el crecimiento
BRUSELAS, 11 Nov. (EUROPA PRESS) -
El comisario de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia, reiteró hoy que la Unión Europea exigirá en la cumbre del G-20 que se celebra el 15 de noviembre en Washington un "cambio real" en el sistema financiero internacional para evitar que se repitan crisis como la actual.
Almunia explicó que las discusiones de Washington no deben centrarse únicamente en la "poco estricta regulación financiera" sino que se deben abordar otras cuestiones como el refuerzo de los instrumentos de gestión de crisis internacionales, o la corrección de los actuales desequilibrios mundiales por cuenta corriente que están en el origen de la crisis.
En este sentido, el comisario de Asuntos Económicos abogó, durante un discurso pronunciado ante el Foro Económico Internacional de Bruselas, por reformar las instituciones nacidas del acuerdo de Bretton Woods, es decir, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial "para que reflejen las realidades geopolíticas del siglo XXI".
Entre los resultados concretos que deben salir de la cumbre de Washington, Almunia destacó la necesidad de pactar "nuevos estándares comunes de supervisión, transparencia y evaluación de riesgos" y de acordar propuestas para reforzar la gestión internacional de crisis. La UE quiere, según recordó el comisario, que estas primeras medidas se pongan en marcha en un plazo máximo de 100 días, tras el cual se celebrará una nueva cumbre internacional.
AÑOS DIFÍCILES
Almunia admitió que el impacto de la crisis financiera sobre la economía real se hace cada día más evidente. "Cualquier optimismo sobre la posibilidad de que la economía internacional pueda evitar una grave desaceleración se ha evaporado. Está claro que 2009 e incluso 2010 serán años difíciles", dijo.
Por ello, reclamó a los Estados miembros que usen "todos los instrumentos disponibles para limitar la desaceleración, proteger los puestos de trabajo y sentar las bases para una recuperación sólida". La primera herramienta, destacó, es la política monetaria. "La reciente caída de la inflación ha abierto la vía para recortes en los tipos de interés para ayudar a sostener el consumo y la inversión", dijo Almunia, que recordó que el Banco Central Europeo (BCE) ha recortado los tipos un punto en las últimas semanas, hasta situarlos en el 3,25%.
En segundo lugar, el comisario de Asuntos Económicos indicó que dentro del marco del Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC) "hay margen para una política presupuestaria que amortigüe la desaceleración". "Invitamos a los Estados miembros a utilizar plenamente la flexibilidad del Pacto", resaltó.
En este sentido, explicó que si un Estado miembro supera el límite del 3% de déficit que marca el PEC pero la desviación es escasa y temporal, la UE no le abrirá un procedimiento por déficit excesivo porque tendrá en cuenta las "circunstancias excepcionales" que está atravesando la economía.
Si al final se abre un expediente y la situación económica sigue siendo negativa, el plazo para corregir el déficit excesivo se extenderá a más de un año. Y si las circunstancias excepcionales continúan al final del periodo, no se avanzará en el procedimiento sancionador sino que Bruselas se limitará a realizar nuevas recomendaciones.
Almunia insistió en que, como la desaceleración tiene un carácter global, no sólo la UE sino también el resto de socios internacionales deben adoptar "medidas coordinadas" para sostener la demanda y combatir el riesgo de recesión, en particular aquellos países o regiones con grandes superávits por cuenta corriente. Ello permitirá al mismo tiempo ayudar al crecimiento y facilitar la corrección de los desequilibrios internacionales.
