MADRID, 17 Jun. (EUROPA PRESS) -
La OCDE y la FAO advierten de que en los próximos años "no se pueden descartar episodios de volatilidad extrema" en los precios agrícolas similares a los experimentados 2008, según recoge el estudio 'Perspectivas de la Agricultura 2009-2018' publicado hoy.
El informe explica esta posibilidad por el hecho de que los precios de los productos básicos dependen "cada vez más" de los costes de la energía y el petróleo, y por la previsión de condiciones meteorológicas "muy variables" realizada por los expertos medioambientales.
En cualquier caso, ambos organismos destacan en el estudio que el sector agrícola está demostrando una mayor resistencia a la crisis mundial que otras actividades debido a que la alimentación es una necesidad básica, aunque "las dificultades podrían aumentar si la contracción económica se acentúa".
El estudio estima que el descenso en los precios y en la producción y consumo de bienes agrícolas será "moderado" siempre que la recuperación económica comience dentro de dos o tres años.
"Los precios de los alimentos han bajado en relación a los valores máximos registrados a comienzos de 2008, pero continúan siendo elevados en muchos países pobres", advierten estos organismos, que no prevén que durante la próxima década los precios de los productos básicos agrícolas --excepto la carne de vacuno y de cerdo-- desciendan a los niveles previos a los máximos registrados en 2007 y 2008.
SUBIRÁN CEREALES Y ACEITES.
Según el informe, en los próximos diez años los precios medios de los cereales serán entre un 10% y un 20% más altos en términos reales que el valor medio del periodo 1997-2006, mientras que los precios de los aceites vegetales subirán un 30%.
"La esperada recuperación económica, una mayor demanda de alimentos en los países en desarrollo y el emergente mercado de los biocombustibles son los elementos clave para apuntalar los precios y los mercados de productos básicos agrícolas a medio plazo", explica, antes de destacar que el impulso a la agricultura es "clave" para el desarrollo sostenible y la reducción de la pobreza, ya que el 75% de los pobres en los países en desarrollo viven en zonas rurales.
