PARIS, 14 Nov. (EUROPA PRESS) -
El banco franco-belga Dexia anunció hoy unas pérdidas de 1.544 millones de euros en el tercer trimestre, frente a los 439 millones de euros en beneficios logrados en el mismo periodo del año 2007, debido a la crisis financiera internacional y su intención de ceder FSA, su filial norteamericana.
La entidad indica que este resultado negativo es consecuencia de unas pérdidas de 2.191 millones de euros ligados directamente a la crisis financiera, de los cuales 460 millones en FSA, y que otros 1.731 millones se deben a otros efectos de crédito y de mercado.
Sus ingresos han caído un 78,3%, hasta los 315 millones, debido al impacto de 1.606 millones ligados a la crisis.En los nueve primeros meses del año las pérdidas ascienden a 723 millones de euros.
Además, anuncia un acuerdo para la cesión de FSA Holding (FSAH) a Assured Guaranty, un asegurador que cotiza en la Bolsa de Nueva York. La entidad venderá lo esencial de las actividades de su filial, una cartera valorada en 425 millones de dólares, y conservará la actividad de los productos financieros, una cartera de 1.650 millones de dólares. Esta operación permitirá al banco "liberarse de una actividad de seguros que no forma ya parte del centro de su actividad y tiene una exposición significativa al mercado americano".
Asimismo, pondrá en marcha un plan de transformación en el que prevé rebajar su perfil de riesgo reduciendo significativamente sus actividades de 'trading' y gestionar la administración de carteras en 'run-off', algo con lo que espera "tener efectos positivos sobre la liquidez". Por otro lado, sus actividades se centrarán en la clientela histórica, en el área del banco del sector público, minorista y banco comercial, en sus principales mercados y en zonas geográficas concretas.
El grupo menciona igualmente la puesta en marcha de un programa para reducir los costes un 15%. "Se han identificado 300 millones de euros de ahorro y se pueden hacer reducciones significativas en 2009", precisa la sociedad.
Dexia estuvo al borde de la quiebra el pasado mes de septiembre, situación que obligó a los Estados francés, belga y luxemburgues a acudir en su ayuda aportando su garantía para un préstamos por valor de 4.500 millones de euros. Mientras, la inyección de capital de 6.400 millones ha permitido elevar la ratio de solvencia del banco, que se situaba a finales de septiembre en el 14,5%, frente al 11,4% registrado en junio.
