LONDRES, 23 Mar. (EUROPA PRESS) -
La aerolínea británca British Airways está realizando todos los preparativos para realizar el jueves el traslado a la nueva Terminal 5 del aeropuerto de Londres-Heathrow, tras la reciente inauguración, el pasado día 14.
Los primeros vuelos que se moverán a esta nueva terminal serán los de la aerolínea británica domésticos y europeos, a excepción de los de Madrid-Barajas, Barcelona-El Prat, Lisboa, Niza y Helsinki.
Ese mismo día, también se trasladarán a la T-5 los vuelos entre Heathrow y Tripoli, así como los enlaces de largo radio entre la capital británica y Johannesburg, San Francisco, Los Angeles, Vancouver, Tokyo, Hong Kong y Miami.
El resto de vuelos intercontinentales se moverán el próximo 30 de abril, con excepción de los enlaces entre Londres-Heathrow y las ciudades de Singapore, Sydney y Bangkok. El 90% de los vuelos de British Airways saldrán y aterrizarán en la nueva Terminal, si bien los procedentes de España, que pertenecen al restante 10%, utilizará la Terminal 3, donde se concentran las operaciones de la alianza Oneworld.
La aerolínea británica destacó que la nueva terminal aportará a los viajeros una experiencia "más simple y suave". El director comercial de British Airways, Robert Boyle, destacó que la apertura de la Terminal 5 inicia "una nueva era en los desplazamientos aéreos".
"Estamos muy satisfechos con este cambio y confiamos en que los clientes también lo estén", recalcó Boyle, que agregó que precisamente para los pasajeros la compañía les ha enviado comunicados y ha creado 'microsites' para que se familiaricen con estas "fantásticas" facilidades.
La Reina Isabel II inauguró el pasado día 14 la nueva Terminal 5, tras más de seis años de trabajo. Las instalaciones equivalen a más de 50 campos de fútbol en sus cinco plantas y requirieron una inversión de unos 4.500 millones de libras (más de 6.000 millones de euros). No obstante, la Terminal 5 no recibirá hasta el jueves el primer vuelo, que aterrizará a las 4.55 procedente de Hong Kong. El primer despegue está fijado para las 6.20 horas con destino París.
La construcción del complejo obligó a desviar dos ríos para lograr habilitar túneles de 13 kilómetros de largo para vías y conexiones de equipaje, 50 nuevos emplazamientos para aviones, que llegarán a 60 en 2010, dos edificios para satélites, conexiones con el metro de Londres y el Heathrow Express y un aparcamiento con capacidad para 3.800 vehículos.
En este sentido, la inauguración supuso la apertura oficial de la fase uno del proyecto, que abarca dos partes, a la espera de la puesta en marcha de una tercera en 2010. Unas previsiones que ya han suscitado las críticas de asociaciones medioambientales, ante las que el presidente de BBA declaró que las nuevas instalaciones colocan al aeropuerto londinense y al propio gestor "de nuevo en el lugar al que pertenecen: a la vanguardia en el mercado global".
El gestor aeroportuario aspira a que los mecanismos simplifiquen todos los procesos y agilicen la actividad, ya que las nuevas instalaciones tienen el desafío de solventar los problemas de capacidad del aeródromo de la capital británica, que motiva continuas quejas por parte de las aerolíneas.
