LISBOA, 8 Sep. (De la corresponsal de EUROPA PRESS, Patricia Ferro) -
Endesa reclamó la atribución a Galp Energía de la ampliación de una licencia de construcción de la central de ciclo combinado en Sines, según informa hoy "Diario de Noticias", que cita al presidente de Endesa Portugal, Nuno Ribeiro.
El recurso interpuesto por Endesa hace un año, y que todavía está siendo analizado por el Tribunal Administrativo, no pone se centra sobre la decisión adoptada en 2006 de entregar a Galp el derecho a construir una central con 800 Mega Watios (Mw) de capacidad. La reclamación se refiere al aplazamiento que más tarde el Gobierno concedió a la petrolera lusa sobre los plazos que la licencia del proyecto contemplaba.
Endesa, en sociedad con Energías de Portugal (EDP), había conseguido una licencia para dos grupos de 400 Mw cada uno en Sines, cuando estas habían sido adjudicadas por el Gobierno de Santana Lopes, pero que fueron anuladas por el actual Gobierno de José Sócrates. En la atribución que se realizó en 2006 Endesa y EDP se quedaron fuera y fue Galp la que logró la licencia para la central de ciclo combinado, en la que invertirá 400 millones de euros.
Sin embargo, esa proceso de licencia estaba pendiente de las respectivas autorizaciones ambientales, que deberían ser entregadas hasta marzo de 2007. Galp no cumplió ese plazo porque la localización inicial de la central, en la zona central de la central de la zona portuaria de Sine, fue rechazada por el Ministerio de Ambiente. La petrolera tuvo que buscar una nueva localización y el gobierno concedió una ampliación del plazo para entregar las autorizaciones hasta septiembre del año pasado, cuando se emitió la licencia ambiental. Esa ampliación, que también se le concedió a la central de Iberdrola en Figueira da Foz, fue justificada con el hecho de que las empresas no tuvieron ninguna responsabilidad en el retraso de la licencia.
En opinión de Endesa su reclamación tiene fundamento. Nuno Ribeiro explica que el Gobierno publicó una legislación específica para el caso de Galp, que permitía a la petrolera obtener licencias de producción antes de las autorizaciones ambientales, al contrario de lo que la ley prevé. En su opinión, esto prueba que son los españoles los que enfrentan obstáculos en Portugal, mientras las empresas portuguesas consiguen invertir en España.
