VALENCIA, 8 Abr. (EUROPA PRESS) -
Grefusa cerró el ejercicio 2007 con una facturación de 70 millones de euros, de los que 68 corresponden a la producción de su planta y servicios centrales de Alzira (Valencia) y una plantilla de 657 personas, según informó hoy la compañía en un comunicado, en el que apuntó que en 2008 acometerá la instalación de un proceso completo de tratamiento de aguas residuales y la inauguración de unas oficinas de 1.800 metros cuadrados de superficie construida.
La empresa valenciana, que nació como un almacén familiar de productos agrícolas en 1929, ha llevado a cabo una completa transformación empresarial hasta llegar a ser una de las plantas de producción de snacks más moderna de Europa en apenas unas décadas, de modo que en la actualidad es "una de las compañías de alimentación más relevantes a nivel valenciano y nacional, y una de las empresas líderes en Europa en la producción de snacks, patatas fritas y frutos secos", destacaron las mismas fuentes.
Esta compañía se dedicaba inicialmente al tueste de frutos secos pero hace varias décadas comenzó a apostar por su introducción y posterior consolidación en el mercado de los snacks, productos de aperitivo y pipas de girasol. Así, en la actualidad la factoría que posee en Alzira fabrica y comercializa un total de 17 productos de aperitivo y frutos secos bajo diferentes marcas, siendo muchos de ellos líderes de sus categorías como Piponazo, Pipas G, Mister Corn, Mix 5, Gublins y Papa Delta.
Grefusa cuenta en la actualidad con 657 empleados, 640 de ellos en su factoría de Alzira y con una edad media de 36 años, mientras que de la plantilla con que cuenta en dicha planta, el 61% son empleados de la localidad y hay un total de 399 mujeres, el 30% de las cuales desempeñan puestos directivos y de responsabilidad.
En este sentido, el consejero delegado de Grefusa SL, Agustín Gregori Bernabeu, destacó que "fomentar la incorporación y promoción laboral de la mujer, hoy más preparada que nunca, junto con el empleo de calidad, son puntales de nuestra gestión empresarial".
Al respecto, las citadas fuentes de la compañía resaltaron que la respuesta de los empleados a la política de Grefusa, en donde el 75% del personal trabaja de manera indefinida, es de "un escaso 1,35% de rotación laboral en el último año".
Por otro lado, indicaron que pese a disponer de otra factoría más en Castilla y León, Grefusa SL mantiene su centro de operaciones en Alzira, alma mater y centro neurálgico de su negocio, que actúa como responsable de la administración, tecnología, I+D, logística, políticas generales del grupo y aspectos jurídicos y financieros.
Además, la planta alzireña es actualmente una de las más modernas de Europa en la producción de snacks y frutos secos de alta diferenciación gracias a los sistemas de automatización que emplea, basados en una arquitectura informática y en el desarrollo de los sistemas de inspección en línea más modernos.
Según Francisco Enguix, director industrial de Grefusa, "la inversión en tecnología nos permite maximizar la calidad de nuestros productos a partir de las mejores materias primas y nos ayuda en la creación de nuevos productos, suma de nuestra apuesta por la innovación tecnológica y nuestra inquietud y capacidad de sorprender siempre con productos apetecibles y novedosos".
CUIDADO DEL MEDIO AMBIENTE.
Desde principios de 2008, Grefusa cuenta con una estación depuradora en la que llevaba trabajando desde 1997 y que ha sido desarrollada en diversas fases de ejecución. Durante estos años, trabajaron en unos sistemas de eliminación de residuos sólidos en las aguas industriales, en un mezclador estático que permite la exclusión de la grasa, e incluso en la instalación de un laboratorio de análisis medioambiental que permite a la factoría de Alzira llevar un control diario de los materiales que hay que desechar.
Así, según resaltó Agustín Gregori, la puesta en marcha de la depuradora "marca un avance importante en la adecuación de nuestras instalaciones al entorno, situándonos en una posición de ventaja frente a muchos de nuestros competidores", además de permitirle "lograr un equilibrio estable entre su producción y el respeto al medio ambiente".
