MADRID, 1 Ene. (EUROPA PRESS) -
Colonial ha acordado la salida de su consejo de administración de Luis Portillo, principal accionista de la compañía y presidente de la misma hasta el viernes pasado, así como el nombramiento como sustituto en el cargo del consejero delegado, Mariano Miguel.
La inmobiliaria también indicó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que el órgano ejecutivo ha decidido que Miguel continúe ostentando el cargo de consejero delegado.
Luis Portillo presentó su dimisión el viernes pasado forzado por el resto de accionistas de referencia, después de que los títulos de la compañía acentuaran su desplome en bolsa al dejarse un 25,4% el día 28, con lo que el grupo inmobiliario acumula una depreciación del 37,74% en sólo dos días y del 61,78% en todo el año bursátil.
El consejo de administración de la compañía aprovechó la reunión celebrada ayer para nombrar como nuevos miembros del consejo de administración, que cuenta con 11 consejeros, a Leandro Martínez-Zurita en calidad de consejero ejecutivo y a Julián Zamora y a Pedro Ruiz-Labourdette como consejeros dominicales.
Asimismo, el órgano ejecutivo decidió que la comisión Ejecutiva de la Sociedad esté compuesta en lo sucesivo por cuatro miembros.
VENTA DE UNA TORRE A 'LA CAIXA'.
En medio de estos cambios en su cúpula, la inmobiliaria ha acordado con 'la Caixa' la venta de la segunda torre en la que la entidad financiera tiene ubicada su sede central, por 107 millones de euros.
Se trata de la más baja de las dos torres, además de una amplia superficie de parking y unos locales del perímetro del edificio, informó en un comunicado la entidad financiera.
El edificio, situado en la confluencia entre las avenidas Diagonal y Carlos III, está ocupado parcialmente por 'la Caixa' en régimen de alquiler. La torre tiene 12 plantas en las que trabajan unas 700 personas.
Con esta compra, 'la Caixa' se asegura la propiedad de los dos edificios de su sede central. La más alta de las torres, diseñadas por los arquitectos Josep A. Coderch de Sentmenat y Jordi Martí, ya era propiedad de la entidad financiera desde su construcción, a finales de los años 70.
