Economía/Empresas.- Sebastián insiste en que prefiere que Repsol siga siendo española, pero no interferirá en la venta

Actualizado: lunes, 24 noviembre 2008 19:37

El ministro defiende una "buena regulación" para las empresas estratégicas y dice que el Gobierno debe estar "vigilante"


MADRID, 24 Nov. (EUROPA PRESS) -

El ministro de Industria, Miguel Sebastián, insistió hoy en que su departamento "prefiere" que Repsol sea un grupo español, pero "no interfiere" para que sea así. "Preferimos que haya empresas estratégicas españolas y queremos que Repsol sea española, pero una cosa es preferir y otra cosa es intervenir", afirmó.

Preguntado entonces por si el Gobierno interferiría si Lukoil toma una participación significativa en la petrolera, Sebastián afirmó que "es diferente una participación que una gran participación", y añadió que "el tamaño también es importante", sin dar más explicaciones.

Durante una conferencia organizada por 'The Economist', afirmó que la disyuntiva consiste ahora en encontrar una fórmula para "casar que Repsol sea español con el respeto a las reglas del mercado". En todo caso, insistió en que "se habla de una operación que no existe y de los deseos de compradores y vendedores de hablar para llevar a cabo una operación". "Al menos, yo no conozco la operación", añadió.

El ministro recordó que España no sólo ha sido un país "inversor en el exterior", sino también "receptor". "Nos ha ido muy bien. La inversión extranjera siempre es bienvenida y lo seguirá siendo, pero es verdad que hay sectores estratégicos que tienen un tratamiento especial", advirtió.

Sebastián hizo además una distinción entre países como España o Reino Unido, en los que los grupos energéticos quedaron privatizados, y "algunos países europeos en los que buena parte de las empresas energéticas están en manos públicas". Como ejemplo, citó a Irlanda, Finlandia o Países Bajos, "patria de la comisaria (de Competencia, Neelie) Kroes".

En todo caso, "tiene que haber una buena regulación sobre estas empresas, porque plantean problemas estratégicos, de bienestar de los consumidores y de seguridad de suministro", indicó, antes de afirmar que tanto el Gobierno como la Comisión Europea deben estar "vigilantes" en el caso de Repsol.