MADRID, 14 Oct. (EUROPA PRESS) -
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, anunció hoy que ha acordado con el presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, trabajar conjuntamente en las próximas tres semanas para buscar una solución satisfactoria al futuro de la planta de Renault en Valladolid.
"Estuve conversando con Sarkozy sobre Renault y nos hemos dado un plazo de tres semanas para trabajar conjuntamente e intentar dar una respuesta que pueda satisfacer a los dos países", señaló el presidente del Gobierno durante el pleno del Senado. "Ha sido una preocupación prioritaria estos días, aparte de la cuestión del sistema financiero", afirmó.
El anuncio de Zapatero se produce ante la incertidumbre generada sobre el futuro de la planta de Renault en Valladolid, pendiente de la adjudicación de un nuevo modelo para su producción, y después de que Sarkozy arrancara del presidente de la firma del rombo, Carlos Ghosn, el compromiso de que no se cerrará ninguna de las plantas del grupo en Francia.
En relación con la situación de la automoción en España, el jefe del Ejecutivo destacó que el Gobierno se compromete a apoyar "a todos los sectores industriales que en estos momentos puedan atravesar dificultades, empezando por el del automóvil". "Lo puedo asegurar, y responderemos e informaremos de todas las gestiones que realicemos", subrayó.
Según Zapatero, el principal problema de la industria del automóvil es la caída de la demanda en Europa, ya que España destina más del 80% de su producción de vehículos a exportaciones, principalmente a países de la Unión Europea.
En este sentido, apostó por fortalecer la capacidad exportadora del país y recordó el crecimiento que están registrando las exportaciones, principalmente a países de fuera de la UE. "Creo que vamos a terminar el año con unos datos muy favorables en exportación", auguró.
Por su parte, el portavoz de CiU en el Senado, Jordi Vilajoana, pidió al presidente que el Gobierno haga un esfuerzo para encontrar soluciones que ayuden a solucionar el problema de la ocupación laboral, y apostó por el diálogo con otros países de Europa, como Francia, para mantener el empleo como "máxima prioridad" del Ejecutivo.
