MADRID, 3 Oct. (EUROPA PRESS) -
El PP quiere que la Comisión de Fomento y Vivienda del Congreso se desdoble y se creen dos órganos para que cada uno atienda los asuntos del ministerio correspondiente. Con este objetivo ha presentado un escrito para que se reforme el Reglamento de la Cámara, y en el que, además, denuncia que esta es la comisión que "más asuntos pendientes tiene" y que sólo se ha reunido 37 veces en lo que va de legislatura.
Los 'populares' se quejan de que la actividad de la Comisión de Fomento y Vivienda "no está permitiendo" a los grupos parlamentarios cumplir con su función de impulsar y controlar las acciones del Gobierno", porque, además de convocarse con poca frecuencia, en cada sesión trata un "escaso número de asuntos".
Según detallan, a fecha de 25 de septiembre, este órgano tenía pendiente de debate 174 proposiciones no de ley, 184 preguntas, 64 comparecencias del Gobierno y 34 comparecencias de autoridades y funcionarios. "Es con mucho la comisión de la Cámara que más asuntos pendientes tiene, seguida muy de lejos por la Interior o la de Medio Ambiente", agregan.
El primer partido de la oposición explica que en varias ocasiones ha pedido al presidente de la comisión, el socialista Javier Torres Vela, "mayor diligencia y dedicación", que reúna más este órgano y que dote de mayor contenido a sus sesiones, pero que éste no sólo no ha atendido sus demandas, sino que ha utilizado "las comparecencias que se celebran acumuladas para maquillar la actividad de la comisión".
Por todo ello, aducen que tratándose de la única comisión que tiene la competencia de dos ministerios, es oportuno dividirla en dos para que cada órgano resultante se ocupe de cada uno de los departamentos ministeriales. Además, piden a la Mesa del Congreso que habilite más fechas para la celebración de sesiones, fundamentalmente la de Fomento, que es la que tiene más asuntos pendientes.
En este punto, el PP también acusa de "inactividad" al Departamento que dirige Magdalena Alvarez y le reprocha falta de respeto a la Cámara por no responder a las preguntas escritas que presentan los diputados obligándoles así a transformarlas en preguntas orales.
