BRUSELAS, 13 Dic. (EUROPA PRESS) -
Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea tratarán este viernes de acercar sus posturas sobre la posible creación de un presupuesto específico para la eurozona, una cuestión que divide en gran medida a las capitales principalmente por la función que desempeñará, puesto que muchos países se oponen a que se utilicen fondos cuando un país se enfrente a problemas económicos.
Los ministros de Economía y Finanzas (Eurogrupo) dejaron esta cuestión fuera del acuerdo que alcanzaron a principios de diciembre precisamente por las divergencias expresadas. Por ello, pidieron un mandato que los líderes europeo confían en dar tras su reunión de este viernes.
Un grupo de socios escépticos, liderados por Países Bajos, rechaza que este instrumento presupuestario cumpla una función de estabilización, es decir, que sus fondos se puedan utilizar para hacer frente a las turbulencias económicas que golpeen a un país concreto. Sí que son partidarios, en cambio, de que sirva para apoyar la competencia y la convergencia entre los Estados miembros.
La propuesta original de la Comisión Europea, por contra, apuesta por un instrumento presupuestario cuyo objetivo debe ser "mantener los niveles de inversión nacionales" en momentos de crisis. Francia y Alemania pactaron recientemente un planteamiento que recoge esta idea y, por tanto, actuaría en futuras crisis. España, por su parte, apuesta por la creación de un seguro de desempleo.
De esta forma, la tarea de los jefes de Estado y de Gobierno en su encuentro de este viernes es intentar resolver las diferencias y dar un mandato armonizado para que sus ministros de Finanzas puedan seguir trabajando en el diseño de este instrumento presupuestario.
Sí se espera, por otro lado, que los Veintiocho den su visto bueno al paquete de reformas pactadas a nivel de ministros para reforzar las competencias del fondo europeo de rescates --el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE)-- y para poner en marcha un fondo de emergencia ('backstop', en jerga comunitaria) para la Unión Bancaria.
Aunque Bruselas cree que estos avances son necesarios pero no "gigantes", en palabras del vicepresidente del Ejecutivo comunitario para el Euro, Valdis Dombrovskis, un alto funcionario considera, en cambio, que demuestran que la UE no solo refuerza su arquitectura económica en momentos de crisis.
