Publicado 28/06/2023 17:51

Agricultura.- Director del Observatorio del Agua de Fundación Botín apuesta por aplicar las energías renovables a los regadíos

El catedrático de Economía y Política Agraria y Director del Observatorio del Agua de la Fundación Botín, Alberto Garrido,
El catedrático de Economía y Política Agraria y Director del Observatorio del Agua de la Fundación Botín, Alberto Garrido, - UIMP/JUAN MANUEL SERRANO ARCE

Los retos del agua enfocados a este tipo de agricultura protagonizan uno de los Cursos de Verano de la UIMP

SANTANDER, 28 Jun. (EUROPA PRESS) -

El catedrático de Economía y Política Agraria y Director del Observatorio del Agua de la Fundación Botín, Alberto Garrido, apuesta por aplicar las energías renovables a los regadíos, ya que este tipo de inversiones "abaratan mucho el coste del agua para los agricultores" y hacen el proceso "mucho más eficiente y mucho más sostenible".

Y es que el regadío consume el 80% de todos los recursos hídricos en España, como ha señalado Garrido, que ha abordado en un curso de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) de Santander los retos del agua y el futuro de la agricultura de regadío en el país.

Uno de los aspectos abordados durante el encuentro formativo se centra en la aplicación de la tecnología a la agricultura de regadío, y ahí el catedrático tiene claro que el primer paso para ser más eficientes es "manejar de manera óptima el sistema agua-suelo-planta, que es lo que permite aprovechar el agua que se aplica al cultivo de la forma más eficiente posible, aumentando el valor y la producción de las cosechas".

Pero la tecnología necesaria también puede proceder de otro ámbito, el de la energía. A su juicio, "esa es la gran revolución, la aplicación de las energías renovables a los regadíos, a la gestión del agua en las zonas rurales".

Garrido defiende, además, que las políticas sobre el agua "no llegan tarde" ante el actual contexto de sequía porque "tenemos mucha experiencia, décadas de análisis con sequías previas e incluso más severas que la que estamos viviendo este año". Sin restar importancia a la situación que afecta a las cuencas del Guadalquivir, las internas de Cataluña o la del Guadiana, matiza que "es evidente que no estamos improvisando".

Ha defendido que existe un "gran conocimiento técnico", "tenemos planes especiales de sequía, tenemos a las administraciones y unas leyes de agua que permiten el reparto para minimizar el impacto que podemos sufrir la ciudadanía".

Por ello, ha abogado por analizar cuál es el futuro de la agricultura de regadío en España para los próximos años de acuerdo con la realidad de consumo. "Estamos viviendo momentos delicados por la escasez de agua, al mismo tiempo que se han aprobado los planes hidrológicos de las cuencas hidrográficas para siete años. Es el momento de preguntarse qué futuro tiene esta agricultura tan competitiva, tan eficiente y tan fuerte", ha explicado.

Algo que se hará durante el citado curso de la UIMP, donde se pensará "en ese futuro para que la agricultura de regadío sea sostenible, sea compatible con las proyecciones de cambio climático".

CONEXIÓN CON LA ALIMENTACIÓN SALUDABLE

La parte final del curso permitirá conectar la agricultura de regadío con las necesidades de la alimentación. En este sentido, el director del Observatorio del Agua de la Fundación Botín ha resaltado que "España es un país muy abierto en su agricultura, muy orientado a las exportaciones de cuatro productos fundamentales: hortalizas, frutas, aceite de oliva y vino".

Esos cuatro productos son los que más han aumentado, los que generan todo el comercio agrícola y el comercio agroalimentario. "El hecho de que tengamos esas producciones y podamos tener esos productos frescos a un coste bastante más barato que el resto de Europa es fundamental debido a que los producimos aquí". Por tanto, ha remarcado que una alimentación saludable y sostenible también tiene que ver con la producción del regadío.

Por último, Garrido ha expuesto que, "ante un país bastante árido o semiárido como España", es el regadío lo que permite "cosechas de muchísima calidad y variedad que, al mismo tiempo, nos ha generado una economía rural agroalimentaria exportadora y competitiva".