Actualizado 10/06/2021 15:15

Sanar arrecifes de coral y recuperar manglares, estrategia de Iberostar para defender sus hoteles del cambio climático

Vivero submarino de corales del Grupo Iberostar en Bayahibe (República Dominicana). - MACARENA BLANCO

PLAYA BÁVARO (REPÚBLICA DOMINICANA, 10 (De la enviada especial de EUROPA PRESS Eva González)

Los hoteles de playa en el Caribe están en la primera línea de flotación del impacto que el cambio climático provoca en las costas, a consecuencia de la subida del nivel del mar, el incremento en la frecuencia e intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos como los huracanes, la proliferación de especies invasoras, la erosión y la degradación de los propios ecosistemas que hasta ahora han servido de barrera de contención, como los corales y los manglares.

Grupo Iberostar se instaló hace 25 años en República Dominicana, donde posee siete hoteles de costa en tres complejos --Bayahibe, Puerto Plata y Punta Cana--. Solo en el último, el más grande, cuenta con cinco hoteles con más de 5.500 camas en 1.805 habitaciones donde trabajan unos 1.800 empleados.

El director de sostenibilidad para América, Gabriel Martorell, ha explicado a Europa Press que la compañía puso en marcha en 2017 un plan para alcanzar la neutralidad climática de la compañía en 2030, minimizar el impacto ambiental de su actividad y girar hacia un modelo de turismo responsable, al ser consciente tanto de su incidencia en el entorno como la dependencia del buen estado del mismo para su actividad.

Martorell señala que poco después de la firma del Acuerdo de París en 2015 y la adopción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en el marco de Naciones Unidas, el grupo diseñó su Agenda 2030 propia que incluye cinco objetivos principales que se desarrollan en el marco del movimiento 'Wave of Change' (Ola de cambio) para proteger los océanos con economía circular, consumo responsable de pescado y mejora de la salud costera.

La iniciativa se desarrolla en los hoteles de la empresa, como el complejo hotelero de Bávaro, junto a Punta Cana (República Dominicana), donde cinco hoteles contiguos se ubican a lo largo de 1,7 kilómetros de playa. El emplazamiento, igual que todos los hoteles Iberostar es libre de plásticos de un solo uso desde 2020, pretende dejar de generar desechos de aquí a 2025 y alcanzar la neutralidad climática en 2030.

Entre las distintas acciones para conseguirlo, por ejemplo, en el hotel no hay agua embotellada en plástico sino que el cliente dispone de agua purificada en el complejo embotellada en cristal y, al ser 'todo-incluido', en el enclave se distribuyen dispensadores de agua donde el huésped puede rellenarlas las botellas a su disposición. La directora del complejo, Helena Santos, ha admitido sus "dudas iniciales" respecto a la respuesta de los clientes, pero ha asegurado que estos "lo han entendido una la perfección" y lo han asimilado como "la actitud a seguir".

HOTEL CIRCULAR

Por otro lado, en el marco de la apuesta de consumo responsable, el pescado que se sirve en el Gran Bávaro, el de mayor categoría de los cinco, así como en el Coral Level, el más nuevo y de concepto 'boutique', está certificado con el sello Marine Stewardship Council (ASC/MSC), lo que exige al chef Javier González guardar incluso las comandas para "garantizar la total trazabilidad desde que el pez es pescado en origen hasta que llega al plato de un huésped en una fecha señalada". Al mismo tiempo, la típica langosta caribeña solo se sirve en determinados periodos, nunca en época de veda o reproducción de la especie. "Cuando se lo explicas a los clientes, les guste o no, lo comprenden", comenta.

El reto de la circularidad del Wave of Change incluye el objetivo de minimizar el desperdicio alimentario, reducir a cero los residuos, entre otros aspectos que se desarrollan en Bávaro dentro de su departamento '3R' del que depende en torno a una quincena de empleados, coordinados por la responsable de sostenibilidad de República Dominicana, Luz Valentina, junto con el director de Comunes del complejo de Bávaro, Luis Blanco.

Tras detectar la presencia de colmenas de abejas silvestres en el extenso complejo, un pintor del hotel con amplios conocimientos de apicultura dejó la brocha para encargarse desde hace 3 años de 77 colmenas que producen miel orgánica --el enclave es libre de pesticidas-- para el disfrute de huéspedes y empleados.

Por otro lado, el departamento 3R ha puesto en marcha una prueba piloto para generar compost a partir de los desechos de alimentos y poda de los jardines, que después sirven para abonar el complejo. Desde su puesta en marcha hace un año y en el contexto de la pandemia, se han obtenido cerca de 11.000 kilos de compost. Al mismo tiempo, el emplazamiento cuenta con un huerto ecológico donde se cultiva parte de las verduras y frutas que suministran al complejo y un vivero de plantas que, en parte surten a sus jardines.

SANAR LOS CORALES PARA RESTAURAR LOS OCÉANOS

En el marco del Wave of Change, Macarena Blanco, una joven bióloga marina española se encarga de la coordinación científica del movimiento y ha puesto en marcha una novedosa iniciativa para "curar" a los corales de la zona tras descubrir su mal estado de conservación.

Allí, en el Coral Level ha puesto en marcha un proyecto de investigación científica en un laboratorio con vivero en tierra en el que somete a los corales a pruebas de estrés para conocer los más resistentes a cambios de temperatura o a diferentes patógenos que los afectan en mayor o menor medida.

"En el Caribe hay unas 50 especies de corales", ha explicado la científica desde el laboratorio ubicado en el hotel boutique Coral Lab. Allí recuerda que en los arrecifes de coral, que apenas ocupan el 1 por ciento de los mares, habita el 25 por ciento de las especies, por lo que su conservación es "clave".

En su laboratorio crecen ejemplares de distintos tipos y los 'mejores' son trasladados posteriormente al vivero submarino situado a unos 13 metros de profundidad a 500 metros frente a la costa del hotel de Bayahibe, en el sur de la isla. Pero a final de año el proyecto crecerá con la instalación de un nuevo vivero frente a Bávaro.

El vivero submarino funciona exactamente igual que uno de plantas, solo que con corales y bajo el mar. Allí Macarena analiza la evolución de sus cultivos y cuando estos van creciendo son trasplantados al arrecife contiguo para facilitar la recuperación de la barrera coralina donde viven peces de todos los colores y tamaños.

"El laboratorio quiere ser también un repositorio o arca de Noé donde se analice el ADN de los distintos tipos de coral y sirva preservar las distintas especies. El objetivo es conservar y lograr aumentar la resistencia del coral, que es la mejor solución natural para proteger las costas del cambio climático", comenta la bióloga, que asegura que Iberostar es el único grupo turístico que está realizando proyectos de investigación científica en este ámbito.

REFORESTACIÓN DE MANGLAR

La segunda de las apuestas para la defensa costera del Grupo es la restauración del manglar y para ello inició el 2 de febrero, Día Mundial de los Humedales, un proyecto de plantación y reforestación del complejo de Bávaro, en colaboración con el Ministerio de Medio Ambiente de la República Dominicana. La empresa quiere compensar al menos el 75% de sus emisiones globales con proyectos de protección de la naturaleza en sus destinos.

El responsable del proyecto, Luis Blanco, ha señalado que la idea era reforestar con 3.000 plantas de mangle de dos especies pero el Gobierno ha decidido recientemente aportar otros 2.000 más y formación técnica. Precisamente, una de estas plantaciones se desarrolló este martes entre huéspedes y trabajadores del hotel con motivo de la celebración del Día Mundial de los Océanos.

El director de marketing de República Dominicana, Yoanki Nieves, ha apuntado que el Grupo está promoviendo a través de distintos canales que el cliente conozca los proyectos ambientales de antemano a su llegada al hotel. De hecho, la meta es que en 2030 entre el 60 y el 70 por ciento de sus huéspedes elijan sus hoteles por su sostenibilidad "tangible".