BRUSELAS, 21 Dic. (EUROPA PRESS) -
La Comisión Europea ha anunciado este miércoles los programas que se repartirán 700 millones de euros de las arcas europeas con el objetivo de apoyar a los países pobres de África, Caribe y Pacífico más alejados de cumplir con los Objetivos de Desarrollo del Milenio, en especial en los retos de acabar con la hambruna, reducir la mortalidad infantil, salud maternal y abastecimiento de agua y saneamientos.
El presidente del Ejecutivo comunitario, Jose Manuel Durao Barroso, anunció el pasado septiembre en una cumbre de Naciones Unidas que la Unión Europea comprometería 1.000 millones para luchar contra la pobreza, y esta asignación forma parte de tal anuncio.
Entre las acciones seleccionadas para recibir los fondos europeos hay ejemplos como garantizar un mejor acceso a los alimentos para los hogares más pobres de Haití, proporcionar leche para los niños en las guarderías y escuelas primarias de Ruanda, incrementar el número de profesionales de la sanidad en Ghana para reducir la mortalidad materna y mejorar el acceso al agua potable en Samoa.
En total son 36 países ACP los que beneficiarán de la inversión comunicada este miércoles por Bruselas. Los montos más elevados apoyarán iniciativas en Mozambique (67,3 millones), Ghana (59 millones), Tanzania (51,5 millones), Zambia (44 millones), Liberia (32 millones), Uganda (20,5) y Chad (29).
El comisario europeo de Desarrollo, Andris Piebalgs, ha explicado que el aporte adicional de la Unión Europea responde a la futura política 'programa para el cambio', con el objetivo de "invertir nuestro dinero donde es más necesario y allí donde podemos obtener resultados concretos".
"El reto es hacer todo lo posible para ayudar a los países en desarrollo a alcanzar los ODM en 2015, un objetivo con el que seguimos firmemente comprometidos. Es una ardua batalla, pero no es el momento para cejar en nuestros esfuerzos", ha añadido el comisario.
Bruselas ha presentado recientemente los detalles de su propuesta de presupuesto para financiar la política exterior de la Unión Europea con 96.200 millones de euros en el periodo 2014-2020, en la que plantea cortar las ayudas al desarrollo para países latinoamericanos como México, Venezuela y Brasil y otras economías emergentes como China e India, porque considera que han de ser tratados como "socios".
Se trata de aplicar un "enfoque diferenciado" a un grupo de países concretos de los que Bruselas cree que son capaces de generar por sí mismos los recursos suficientes como para asegurar su desarrollo.
