Desde hace siete años, Ana Muñoz de Dios dirige la Fundación Integra, un proyecto que favorece la integración social de personas excluidas a través del trabajo. Por el momento, ya son más de 800 los beneficiarios, al ser contratadas con un 80 por ciento de valoraciones positivas, en ciudades como Barcelona, Sevilla, Valencia, Vigo, Ibiza, Palma o Madrid.
.- En una primera etapa de la fundación trabajó en solitario. ¿Por qué crear una fundación con estas características?¿Cómo salió adelante?
Nuestra convicción es que la integración social de las personas pasa por la integración laboral. En otras palabras, que el trabajo acerca a las personas que, por circunstancias de la vida, se han visto alejadas o excluidas de la sociedad. Pensamos que cuando una persona sale de la exclusión sigue un itinerario de normalización y éste culmina con la inserción laboral, que hace que las personas con un sueldo, unos derechos y, unos deberes puedan integrarse de nuevo en la sociedad.
Salimos adelante gracias al apoyo que recibimos de las empresas patronas, aquellas que contratan a estas personas excluidas socialmente, así como gracias al apoyo de las ONG que veían en esto una salida para sus candidatos.
.- ¿Cómo funciona la Fundación Integra?
Nuestra labor es hacer de intermediarios entre empresas y ONG que trabajan con colectivos excluidos. Estas instituciones son los ejes que trabajan a pie de calle con ellos y son las que después nos las derivan para que nosotros hagamos una exhaustiva selección de personal y las integremos en las empresas.
En el proceso de selección tenemos en cuenta la experiencia, las habilidades, la posibilidad de horarios y las expectativas. Asimismo, contamos con los antecedentes de las personas, de esta forma no enviamos a una persona que ha tenido problemas con las drogas a trabajar a un hotel de Ibiza, ya que allí le puede dar más tentación de recaer en ese mundo, por ejemplo. Hay que puntualizar que este conocimiento exhaustivo del pasado de los candidatos luego se convierte en total confidencialidad cuando pasan a la empresa, nadie tiene por qué saberlo a menos que la persona quiera manifestarlo.
.-¿Cuál es el perfil de las personas que piden ayuda a la fundación?
Trabajamos hasta con dieciséis colectivos de exclusión social, entre los que se encuentran cárcel, droga, prostitución, maltrato, comunidad gitana, alcohol, gente con problemas familiares, sin techo o, perceptores de rentas mínimas, por ejemplo. Son colectivos muy diferentes que tienen en común la dificultad para acceder al mundo laboral por ellos mismos y necesitan un empuje que les abra la puerta de una entrevista a una empresa.
.- ¿Qué sucede una vez que estas personas se ponen a trabajar? ¿Se hace un seguimiento?
Una vez que empieza a trabajar es una más en la empresa. No se diferencian en absoluto de los otros trabajadores y se les hace un seguimiento desde la fundación, y desde la ONG ya que generalmente o viven o están muy en contacto con la organización. La verdad que es conmovedor cómo a una persona, con una semana o un mes trabajando o , incluso, sólo con una entrevista le da un vuelco su autoestima y dignidad, se siente útil y esto se refleja en toda su vida.
.- Una de las dificultades que encuentran al incorporarse a la vida laboral es la falta de preparación. ¿De qué manera solventan esta situación?
Generalmente nos piden puestos de baja cualificación, como un puesto de limpieza, de almacén o de hosteleria, por ejemplo, para los que se requiere poca preparación específica. Por otro lado, muchos puestos dan directamente la formación, aunque hay otros en los que se necesita titulación. Lo que más limita a estas personas es la falta de habilidades sociales, la falta de recursos y el aspecto, que muchas veces se nota que vienen del mundo de las drogas o de la cárcel y se pone en evidencia que provienen de un grupo de exclusión social.
En cuanto al tema horarios también dificulta el entrar al mercado laboral, sobre todo en puestos de servicios y comercio porque esto no es compatible con los horarios por ejemplo de madres con hijos y responsabilidad no compartida.
.- ¿Qué empresas colaboran con la causa?
Las empresas patronas, las que insertan a las personas laboralmente y dan dinero a la fundación son por ejemplo, Vips, Eulen, Acciona, Pascual, Ferrovial, Cofares, Carrefour, Indra, ACS o, Barceló. Luego contamos con empresas colaboradoras, que aunque no están en el patronato, sí insertan personal, como Línea Directa o Arturo.
.- ¿De dónde obtienen los fondos?
De empresas y particulares. Los resultados son muy positivos hasta el momento. Son 812 las personas contratadas por intermediación de la fundación y el 80 por ciento de ellas con una valoración muy positiva por parte de la empresa. Aunque, hay que indicar que estas personas, igual que cualquier otra que no ha padecido la exclusión social, tiene sus fallos y puede fallar en su rendimiento o en su puntualidad.