María Viver, directora de la Fundación Randstad, fue abogada en ejercicio durante nueve años. Entre 2000 y 2004, trabajó como asesora de Asuntos Sociales del Ministerio de Trabajo, donde se dedicó a temas relacionados con mercado laboral y mujer, conciliación de la vida profesional y familiar, voluntariado y tercer sector e integración laboral de colectivos con dificultades y protección social en general. Tras cuatro años de 'vida' de la Fundación, --que trabaja precisamente en este sentido--, María Viver explica los esfuerzos, pero también las satisfacciones, que proporciona su trabajo.
.- ¿Qué carencias o necesidades detectó la Fundación Randstad en 2004 como compañía de RRHH para plantearse la opción de crear una Fundación dedicada a la integración laboral de personas con dificultades?
El origen estuvo en atender las demandas que nosotros observábamos en el mercado de trabajo y también en los clientes de Randstad, que cada vez más, --en un mercado de trabajo en esos momentos boyante con disposición al pleno empleo--, daba lugar a que las empresas necesitasen trabajadores, y había que buscarlos en otros colectivos que, a lo mejor, habían estado más apartados del mercado de trabajo, entre ellas, las personas con discapacidad y otras, que eran un valor que no se podía desaprovechar. Conociendo estas demandas y sabiendo que estos colectivos tienen una dificultad añadida a la hora de buscar empleo, Randstad se decidió a atenderles con una ayuda adicional. La mejor manera de hacerlo fue creando la Fundación, con un sistema de búsqueda de empleo diferente al que tienen las oficinas de la compañía; más personalizado.
.- Tras cuatro años de trabajo, ¿qué balance podéis hacer de esta labor? ¿Han cambiado las cosas en la sociedad o la mentalidad empresarial no ha variado mucho en este tiempo?
Después de estos años de trabajo nuestro balance es de 700 personas de estos colectivos que han conseguido un empleo a través de la Fundación. Cada una de ellas tiene un valor que no es cuantitativo. Muchas de ellas no había trabajado nunca y este ha sido su primer empleo, gracias a este apoyo y la ayuda de las empresas que han querido contratarles. Otros han mejorado su situación laboral en estos años, porque ya habían trabajado. En definitiva, todos y cada uno de ellos, y nosotros, hemos mejorado un poco y sabemos más, así que nuestro balance es muy positivo.
El mercado de trabajo en estos cuatro años ha cambiado bastante. Y más que el mercado de trabajo, las empresas; sobre todo su mentalidad. Hemos avanzado bastante y los empresarios ya no se limitan a contratar el mejor expediente, sino que valora otras cosas, entre ellas, ser una empresa en la que tengan cabida todas las personas; más abierta, en la que la diversidad se tome como un valor añadido, y no con miedos o prejuicios.
.- ¿Cuál es exactamente vuestra labor desde la Fundación, porque no es el mismo proceso de selección y búsqueda el que seguís con estos colectivos?.
Depende de cada persona, porque trabajamos desde la persona, y cada una tiene su dificultad. El primer paso es analizarla y ver las necesidades que tiene, para apoyarle y ayudarle a salvar esas barreras. Por ejemplo, en el tema de la discapacidad, hay muchos tipos de ella, por eso contamos con diferentes medidas. Si ésta es física tratamos de buscar un puesto de trabajo que se adecue a esa persona, que favorezca su autonomía y por tanto pueda desarrollar las capacidades que tenga. Lo mismo ocurre con la discapacidad intelectual o sensitiva, para lo que contamos con un programa de empleo con apoyo, que está teniendo mucho éxito.
Pero además de trabajar con la persona trabajamos mucho con la empresa, porque hay muchas de ellas que no conocen tanto el mundo de la discapacidad y a veces no saben cómo tratarla o desconocen que deben hacerlo con plena normalidad, que es a lo que aspiran estas personas.
.- ¿Qué proyectos tiene entre manos actualmente la Fundación y cuáles ha realizado ya?
Trabajamos con proyectos que hasta ahora han tenido muy buenos resultados. Entre 2005 y 2007 llevamos a cabo dos proyectos principalmente; uno dentro de la iniciativa 'Equal' con el que trabajamos en red con otras entidades, así como itinerarios de inserción social para colectivos con menores oportunidades de empleo. Contamos además con el Programa 'Puente' para la inserción laboral de personas con discapacidad, y el Programa 'Alianza', para discapacidades intelectuales en el que también vamos avanzando, aunque el número de personas insertadas es menor. También destacaría el proyecto CAIL que iniciamos el año pasado para mujeres con problemas sociales en colaboración con la Comunidad de Madrid.
.- ¿Qué retos y proyectos os planteáis para este año o de cara a un futuro a medio-largo plazo?
Este año queremos continuar con estos proyectos y seguir manteniéndolos. Queremos continuar con un nuevo CAIL para este año, pero el reto sin duda es reforzar otros proyectos fuera de Madrid, por ejemplo en Barcelona, donde ya tenemos adjudicado un proyecto gracias a la Fundación La Caixa y que también va dirigido a la inserción laboral de personas con discapacidad.
.- A largo plazo, ¿fundaciones como ésta tenderán a desaparecer si somos optimistas y pensamos que el mercado de trabajo, en un futuro, habrá normalizado la colocación de estos colectivos, o aún queda mucho por hacer en este sentido?
Ojalá. Pero yo creo que el mercado de trabajo seguirá necesitando de nosotros porque las tasas de empleo de estas personas seguirán siendo diferentes. Aún queda mucho por hacer.
.- Recientemente se hizo entrega de la III Edición de los Premios de la Fundación concedidos a la acción social. ¿Forman parte estos galardones de la política de RSC de la compañía o es algo propio de la Fundación?
Todas las actuaciones que realiza la Fundación forman parte de la política de RSC de Randstad como compañía. La Fundación existe porque Randstad dio su apoyo inicial. Actualmente ya se sustenta por otras vías, pero los inicios se debieron a una iniciativa de la empresa. Esta es la tercera edición de los Premios, que son estratégicos dentro de la Fundación, porque no sólo premiamos a las empresas e instituciones, sino que conseguimos que se involucren todos los sectores: el empresarial, que debe abrirse a estas personas; el asociativo, que tiene que trabajar para mejorar la empleabilidad de los que buscan trabajo; y los medios de comunicación, que tenéis el papel de informar de que esto se puede hacer y de que, de hecho, se está haciendo con éxito. Además, se necesita el apoyo institucional para que nos llegue su apoyo y su financiación.
.- ¿Qué mensaje final lanzaría a las empresas o empresarios que aún no se han decidido a apostar por la diversidad y por estos colectivos más desfavorecidos?
Yo les diría que, aunque no todas las personas con discapacidad pueden trabajar, hay muchas personas que la tienen y que pueden trabajar igual que otra persona. Lo que no se puede hacer es poner barreras a todas estas personas. Por eso hay que dejarse llevar por las organizaciones que nos dedicamos a esto y que podemos analizar a cada persona y ver qué puede hacer cada una. Que confíen en que pueden hacer todo lo que nosotros les decimos que pueden hacer. Para las que no lo hayan hecho nunca, les diría que prueben a hacerlo, que se abran a conocer a estos colectivos y se sorprenderán.
