MADRID 27 Oct. (EUROPA PRESS) -
Los vecinos del piso de Carabanchel (Madrid) en donde residían varias personas de nacionalidad china y que podría haber estado funcionando como clínica de abortos ilegales no tenían sospechas al respecto ni habían advertido trasiego de personas que les hubiese hecho pensar que estaba sucediendo algo fuera de lo normal.
Así lo confirmó en declaraciones a Europa Press TV, Julia, quien vive en la misma planta y que consideraba a los inquilinos personas normales y no conflictivas. Por eso, cuando vio a los agentes llevárselos detenidos tras ser avisados por el presidente de la comunidad debido a una fuerte discusión que se estaba produciendo en el interior de la casa, y descubrirse que contaban con gran cantidad de material quirúrgico, no podía negar que se sorprendió.
Algo similar sintió el portero del inmueble, Hernán, que asustado por los fuertes ruidos que estaba escuchando y que en un principio atribuyó a unas obras, y tras comprobar que procedían de este piso y de la llegada de la policía, constató los importantes destrozos ocasionados en la casa y que parte de los objetos que habían lanzado al patio interior eran instrumental de cirugía.
"Es una noticia extraña, no sospechábamos nada", dijo. Al parecer, la discusión que alertó a los vecinos se produjo por una disputa sentimental entre dos mujeres, porque supuestamente una de ellas mantenía una relación con el marido de la otra, y los tres residían en la misma casa.
De hecho, los agentes de la Policía Municipal encontraron a una de las mujeres llorando en el interior de la vivienda y presa de una gran excitación, y a la otra, que se había encerrado en el cuarto de baño, con un golpe y un corte en la oreja.