Actualizado 03/01/2008 10:42

El detenido por el presunto parricidio de Nochevieja en Alcalá de Guadaíra (Sevilla) pasa hoy a disposición judicial


ALCALÁ DE GUADAÍRA (SEVILLA), 3 Ene. (EUROPA PRESS) -

El joven de 27 años que fue detenido el pasado martes por la Policía Nacional acusado de apuñalar en Nochevieja a su padre, que finalmente murió, tras una disputa en un chalé de la urbanización Pinares de Oromana de Alcalá de Guadaíra (Sevilla) pasará hoy a disposición judicial.

Así lo confirmaron ayer a Europa Press fuentes del caso, que añadieron que la investigación del suceso será llevada a cabo por uno de los tres juzgados de instrucción existentes en el municipio alcalareño.

La información confirmada es que sobre las 5.20 horas la esposa de la víctima, Gertrudis, despertó en el número tres de la calle Pino Marítimo alertada por unos ruidos tras haberse acostado en la madrugada del 31 de diciembre al 1 de enero.

Según la versión existente, el fallecido, Antonio D.G., de 57 años, salió al jardín armado con una escopeta ante la explosión de unos petardos y artefactos pirotécnicos que le molestaban. Todo apunta a que la víctima, profesor de instituto, llegó a efectuar algunos disparos al aire. En ese momento habría intervenido en la escena el hijo del difunto, que habría reprochado a su padre esta actuación, lo que originó una disputa entre ambos. El enfrentamiento se habría saldado con una puñalada en el cuello de Antonio D.G. y con su posterior muerte por desangramiento, según la información confirmada por Europa Press.

Alertada por los ruidos, la mujer bajó las escaleras encontrando sangre desparramada por las estancias y el mobiliario, mientras su marido deambulaba por la vivienda con una herida incisa en el cuello de la que manaba abundante sangre. La mujer cayó presa de los nervios mientras su esposo, aún vivo pese a la grave pérdida de sangre, sostenía en sus manos una escopeta cobrando especial atención la ausencia del hijo de ambos.

Pese a su estado nervioso, la mujer logró ponerse en contacto con los servicios de emergencia y la Policía Nacional y la Empresa Pública de Emergencias Sanitarias (EPES) 061 movilizaron el correspondiente dispositivo, que no logró evitar que el sujeto falleciera desangrado a consecuencia de la citada herida.

La familia en cuestión era "muy conocida" en el entorno de la calle Pino Marítimo y "nunca había protagonizado un escándalo", según los propios vecinos de la citada calle, algunos de los cuales creyeron que la vivienda en la que sucedieron los hechos había sido objeto de un robo cuando se percataron del dispositivo policial que rodeaba el chalé. Desde el domicilio de José García, uno de los vecinos más próximos al número tres de la calle Pino Marítimo, señalaban a Europa Press que se trataba de una familia "normal" y que incluso la víctima estuvo el martes departiendo con toda tranquilidad con los vecinos del entorno.