VALENCIA 16 Sep. (EUROPA PRESS) -
El ministerio fiscal reclamó hoy en la sección cuarta de la Audiencia Provincial de Valencia una pena de 59 años de prisión para un hombre acusado de matar a dos personas y de herir de gravedad a su hijo tras asestarle dos disparos en una empresa de chatarra de Manises (Valencia). El acusado no quiso realizar ninguna declaración durante el juicio y se limitó a asentir: "de momento, no voy a decir nada".
La mayoría de los trabajadores de la empresa en la que ocurrieron los hechos, llamada González y Villaplana, ubicada en la calle del Maestrat del polígono industrial de La Cova de Manises, coincidieron en que ese día, el 13 de octubre de 2005, se percataron de que había un cadáver en la oficina de la planta de arriba y que vieron al acusado discutir con su hijo. Uno de ellos vio que portaba una pistola.
Este trabajador, que ya no continúa en esta empresa, declaró que ese día, cuando llegó a la fábrica, se enteró de que había una persona fallecida en el despacho del piso de arriba, y que luego vio al acusado con una pistola, quien esperó a que llegara sus hijos, propietarios de la mercantil, para requerirles que llamaran a su mujer. En varias ocasiones, relató, llegó a amenazar a su hija con "cargarse" a todos si no efectuaba la llamada.
En ese momento, según dijo, el hijo del acusado intentó reducirle y éste le propinó dos disparos, uno en el abdomen y otro en la cara. Seguidamente subió en un vehículo aparcado en el exterior de la empresa y huyó. El trabajador insistió en que el acusado era el único que llevaba un arma y que aunque no lo vio disparar, oyó al menos cuatro disparos. Varios de sus compañeros, expuso, subieron al piso de arriba a ver al fallecido, ya que el acusado les proponía que lo hicieran si no creían lo que había pasado.
Otro empleado que acudió a declarar, que sigue trabajando en la empresa, señaló que cuando llegó "ya había pasado todo" y que se quedó "sorprendido". Vio a varios de sus compañeros y al hijo del acusado herido, tendido en el suelo. Afirmó que el fallecido, gerente de la empresa, era el que siempre llegaba primero. Versión que también corroboró su esposa, quien subrayó que éste no tenía armas y que no tenía problemas graves con ninguno de sus empleados.
Tras el tiroteo registrado en la fábrica, según el relato del ministerio público, el acusado huyó en un vehículo alquilado y, al pasar por la Plaza Rafael Atard del municipio valenciano de Manises atropelló a un hombre que cruzaba el paso de peatones desde la calle Clemente Julián a esta plaza. A causa del impacto, el atropellado, de unos 67 años, sufrió un traumatismo cráneo fácil y torácico y posteriormente murió.
En el domicilio del acusado, según las mismas fuentes, ubicado en Els Poblets (Alicante), se hallaron varios cartuchos metálicos en buen estado de conservación y aptos para ser disparados por arma de fuego. Además, algunas vainas y balas semejantes a las halladas en este domicilio fueron recogidas en las instalaciones de la empresa tras estos hechos, así como en el cuerpo sin vida del gerente de la entidad.
Uno de los policías que realizó la inspección ocular de la empresa indicó que en el despacho del gerente fallecido había un charco de sangre y varias marcas "como si alguien le hubiera pasado por encima". Además, encontró dos casquillos de bala en un despacho y dos proyectiles más cerca del cuerpo. En el piso de abajo de la fábrica hallaron otros tres casquillos de munición y dos orificios de bala en el camión.
Por otro lado, los policías que inspeccionaron el vehículo del acusado indicaron que presentaba un golpe en la óptica delantera, el retrovisor roto y la luna izquierda fracturada. Además, encontraron restos de sangre de la víctima en la zona frontal del turismo y en el lugar en el que se encontraba el logotipo.