MILÁN 10 Jul. (Reuters/EP) -
Un tribunal italiano permitió ayer, por primera vez, que un hombre desconecte la sonda nasogástrica que ha mantenido viva a su hija desde hace 16 años, decisión que fue condenada por el Vaticano alegando que justificaba la eutanasia.
Eluana Englaro está en estado vegetativo y recibiendo agua y comida de forma artificial en un hospital de la ciudad italiana de Lecco, en el norte del país, desde que sufrió un accidente automovilístico en 1992. Su padre lleva casi 10 años pidiendo que sea desconectada.
Un tribunal de apelación de Milán dijo que se había demostrado que el coma de Englaro, de 37 años, era irreversible y que previamente al accidente, ella había manifestado su deseo de morir antes de continuar con vida de forma artificial. "Siento que ahora puedo liberar a la criatura más espléndida que he conocido en mi vida", declaró Beppino Englaro, el padre de Eluana, durante una entrevista.
"Simplemente quería que la dejaran morir, que la naturaleza continuara su curso", agregó. La eutanasia es ilegal en Italia y cuenta con la fuerte oposición del Vaticano. "Un grave veredicto", dijo la radio Vaticano en su web. "Ningún tribunal había autorizado antes esta petición", agregó.
CONDENA DEL VATICANO
Monseñor Rino Fisichella, presidente de la Academia Pontificia para la Vida, el departamento que aconseja a la Iglesia sobre los asuntos bioéticos, indicó que estaba "afligido y sorprendido" por la decisión, que dijo que justificaba "de facto la eutanasia".
El pasado septiembre, el Vaticano aseguró que estaba mal dejar de administrar nutrientes y agua a los pacientes en estado vegetativo, incluso si no van a recobrar nunca la conciencia.
El veredicto, alabado como histórico por los activistas pro-eutanasia, dividió a los líderes políticos italianos y fue criticado por varios miembros del partido de centro gobernante.
Beppino Englaro podría pedir ahora a los médicos que retiren el tubo inmediatamente o bien esperar 60 días al recurso de los fiscales estatales.